viernes, 30 de octubre de 2009

Dirección coral: Pautas de gesticulación (Primera parte)

Coro Capella Pax Mundi

Coro Capella Pax Mundi
En el XIV Encuentro Coral en Buga, Colombia

En primer lugar debe indicarse que los aspectos de gesticulación en la dirección coral no es otra cosa que una forma de lenguaje no verbal. En este sentido, quien dirige va indicando al coro no sólo qué tiene que hacer, sino y principalmente cómo.

En este sentido, la gesticulación es un conjunto de gestos y movimientos corporales que comunican lo necesario para la correcta ejecución e interpretación de una obra. Así, desde el punto de vista del coro, son precisos e inequívocos de forma tal que sean fáciles de "leer" y por lo tanto, de seguir. El coro canta solo (eso es evidente) y como está conformado por un conjunto de personas, se corre el riesgo de que cada uno/a se nos dispare por su lado, haciendo lo suyo. Pero no es lo mismo UN CORO que muchas personas cantando juntas. Lo que hace la magia es, precisamente, el/la Director/a.

Pero igualmente importante es el lenguaje leído desde el punto de vista del público (que no está siguiendo una partitura para cantarla, pero que ve lo que el Director hace). Desde este otro punto de vista, dicho lenguaje corporal debe ser sobrio, comedido y elegante. Nada hay de más mal gusto, que ver a alguien dirigir sin saberse a ciencia cierta si se está en presencia de un artista o de un molino holandés de viento.

Usualmente se parte de que el coro conoce qué va a cantar y cómo debe hacerlo pues para eso fue toda la fase de montaje; por eso el papel del Director se plantea en términos de unificación y consolidación del conjunto a fin de obtener una producción musical digna. De allí que durante la fase de montaje de una obra, ya se deben utilizar los gestos apropiados de comunicación y conducción, para que el coro se familiarice con ellos según cada obra. Ya llegará el momento en que lean los gestos de cualquier director capacitado, pues este es un lenguaje casi universal. De esta forma, luego del aprendizaje de un cierto pasaje, cuando se pone al coro a ejecutarlo, ya y de una vez, se dirige adecuadamente, llamando explícitamente la atención al significado de los gestos cuando sea necesario.

Como se verá en entradas posteriores, este lenguaje corporal o no verbal, es integral. Si bien manos y brazos son los instrumentos principales, la expresión facial y la respiración de quien dirige desempeñan un papel no menos importante, tal como se verá cuando tratemos los puntos específicos.

Además de lo que se dirá sobre las distintas etapas en la que se desarrolla la dirección coral, en realidad todo el discurso directivo (o sea, toda la gesticulación relativa a cada obra) puede reducirse al manejo de dos grandes líneas: 1) La energía y 2) el tiempo (o velocidad).

El manejo de la energía


Varios factores están envueltos en este concepto de "energía", siendo el primero de ellos el referido a si el coro canta forte o piano (o cualquiera de sus variantes), es decir su intensidad, aunado a las progresiones sonoras (crescendo, diminuendo, morendo, etc.)

Pero además de la intensidad, un factor igualmente importante es la tensión la cual, para explicarla de la forma más fácil que se me ocurre, se refiere a un estado de inestabilidad que debe ser satisfecho. En este sentido, no es lo mismo, por ejempo, cantar piano "relajado" (v.gr. el comienzo del "Ave verum" de Mozart) que cantar piano pero "tenso" (v. gr. el inicio de la frase "esto nobis" de la misma obra.)

Desde el punto de vista de la dirección coral, el manejo de la energía consiste en una fase de acumulación y otra de liberación, ya sea en relación con la intensidad como con la tensión. De esta forma, habrá gestos que acumulen energía y otros que la liberen. Por ello, el coro deberá no sólo captar la acumulación de energía, sino ACUMULARLA efectivamente, para luego liberarla adecuada y oportunamente.

Se dice comúnmente, que las frases forte se dirigen con gestos amplios mientras que las piano con gestos contraídos. Y esto es cierto en parte. En realidad la amplitud o contracción de los gestos responden al nivel de energía que queremos acumular para luego liberar y serán proporcionales a eso; ni más ni menos. De allí que, para atacar un forte se hará un gesto que acumule la energía necesaria que se liberará con el ataque del coro al momento del canto. Como puede verse no es un gesto "amplio" sin más, es un gesto acumulador de la energía necesaria y por eso no se atacará un forte con una señal del dedo, sino con un "envión" suficiente para lograr el nivel de intensidad que se quiera.

El manejo del tiempo y la velocidad


El artilugio que nos ayuda en la tarea es el metrónomo; pero cuidado con deshumanizar una obra por una exagerada cuadratura rítmica. Por eso, en lugar del metrónomo, estamos los Directores, que si bien partimos de una determinada velocidad (o "aire") para una obra, podemos y debemos jugar con los llamados "micro-tiempos" (ya volveremos sobre esto en otra entrada).

En este sentido, el movimiento de manos acompaña y dirige una cierta velocidad de ejecución (e interpretación) ocupando el lugar del metrónomo, pero sobre todo para unificar y consolidar que el coro cante acompasadamente (debe insistirse en que es UN coro y no un montón de gente desperdigada).

Así, el Director con su primer gesto de ejecución anuncia y comunica el tempo que va a seguir y por lo tanto, no hará un movimiento relámpago para iniciar un adagio, por ejemplo, sino que lo hará a la velocidad que corresponda.

Nótese que el manejo del tiempo y de la energía son dos caras de la misma moneda en lo que a la ejecución e interpretación se refiere y por lo tanto, en el lenguaje del discurso directivo y por consiguiente, en tiempo real, no pueden separarse. Sin embargo, sí es necesario separarlos al momento del montaje (llamando la atención a cada uno de estos dos aspectos) a fin de lograr la univocidad, y sobre todo para acostumbrar al coro a su lectura.

Es aquí donde resulta de la mayor importancia una advertencia sobre un aspecto que aparenta contrariar la naturaleza de las cosas: RÁPIDO NO SIGNIFICA FUERTE, ASÍ COMO LENTO NO SIGNIFICA SUAVE. Y la advertencia es válida pues de estos cuatro factores surgen cuatro formas distintas y por ello, nos encontraremos con frases lentas y fuertes, así como rápidas y suaves.

La disposición de coro


Para terminar estas generalidades, cerramos con la base correlativa a nuestra comunicación: Nuestros destinatarios, o sea, el coro.

Cuando comience Ud. con los ensayos ya de una vez utilice la disposición que también usará durante la presentación, lo cual es recurrente (salvado el particular caso de obras que exijan variar durante la misma presentación, la disposición coral.)
Así si tiene Ud. un coro con suficientes integrantes (digamos más de 12), es conveniente usar la disposición en doble fila.

Esto para no utilizar un arco donde los extremos le queden muy distantes y exijan inapropiados giros laterales del Director.

Veamos ahora la disposición tradicional de un coro mixto con más de 12 integrantes con cuerdas equilibradas:

La misma disposición para coro masculino en las mismas circunstancias:

Coro femenino:

Si las cuerdas no están equilibradas (hay debilidad en alguna, por ejemplo, bajos) páselos a la fila de adelante y busque con atención cómo suena mejor.

Por otra parte, si el coro es pequeño, utilice la disposición en arco con la voz más aguda a su izquierda y la más grave a su derecha (disposición tradicional) o si tiene alguna cuerda débil, pásela a la punta que corresponda. El arco no es un semicírculo, donde los integrantes de los extremos se miran frente a frente y Ud. ocupa el centro; por el contrario es un arco amplio donde los extremos lo pueden ver a Ud. fácilmente, pero también se conservan de frente al público. De lo contrario, se da una vista desagradable pues parece que los cantantes cantan para Ud. y no para su audiencia.

Habiendo elegido la disposición adecuada, antes de aplicarla en el coro, acostúmbrese en su casa. Siempre se sugiere que ponga Ud. cuatro sillas (o tres, o las que sean) que representarán dónde estará cada cuerda y familiarícese con eso. Señálelas alternadamente o ponga a alguien a que le diga "sopranos", "tenores", etc. al azar, para que Ud. los localice sin problemas.


Si tiene problemas para ubicarlos, hágase rótulos con las cuerdas y colóquelos en las sillas, hasta que pueda hacerlo sin rótulos; y como se dijo, utilice la misma disposición en los ensayos.

Con estas generalidades, podremos iniciar las reglas generales de las pautas de conducción (gestos), analizándolas per se y aplicadas a la práctica; comenzando con su descripción abstracta, y eso se hará en la próxima entrada.

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martes, 28 de abril de 2009

Tutorial de Dirección Coral (3a parte, sección 4ta)


Pues bien, aunque me he atrasado un poco en tratar esta última parte del coral, finalicemos el análisis de la partitura y con ello el "montaje" de la obra, viendo ahora los dos últimos "períodos".
Lo primero que hay que destacar es que ambos constituyen una gran respuesta a los dos argumentos anteriores (los períodos 1 y 2, por una parte, y los 3 y 4, por la otra). Nótese que no tiene una clara estructura de pregunta respuesta, sino de una respuesta confirmada (el período 5 es afimativo y el 6 confirmativo), lo que nos lleva a una especie de unidad distinta a lo planteado en los dos casos anteriores.

El quinto período

En este se afirma que "quien el Él confiando va" (que como puede observarse continúa con el siguiente, desde el punto de vista textual).
Partiendo del acorde de tónica (con su anacrusa, que es parte de la personalidad figurativa del coral) llega a descansar la afirmación sobre el acorde de la relativa mayor (en este caso, Re), acorde que manifiesta, por la presencia de la tercera mayor, una sensación de claridad y esperanza. Veámoslo, cuerda por cuerda.
1. Soprano
Aquí el arco normal es evidente y marca el estilo interpretativo, calmado y sólido en su movimiento por grados conjuntos (es decir, sin saltos).
Tal como se había preparado en el período anterior, en este quinto período se requiere un matiz más fuerte o mejor, potente para afirmar el requisito ineludible para alcanzar "la vida eterna". En el arco, el clímax local se alcanza en el primer Fa# ("Él").
Como se había advertido en su oportunidad, estos dos Fa# en sopranos (sobre todo porque el clímax local se alcanza sobre una vocal semiabierta: "e"), puede tener la tendencia a que la sonoridad de la soprano resulte un poco "metálica" y "seca", sobre todo por invocar a la tercera mayor (no sólo del acorde) sino al intervalo de tercera con respecto al tenor (y su inversión la sexta menor con respecto a contralto), que desde el punto de vista de la afinación puede provocar ciertos problemas (en cuenta lo "metálico"). Como es usual, el problema armónico se resolvería con afinar el Fa# de soprano levemente más bajo (en realidad una coma sintónica), pero si así se hiciera, habría que hacer lo mismo con el Fa# del bajo, lo que lleva a complicar excesivamente el asunto. Mi sugerencia consiste en que pruebe afinarlo "un pelín" más bajo (jugando con el breve Fa# del bajo que pasa por grado conjunto en corcheas), y encuentre Ud. la sonoridad que más le satisfaga a su oído.
Nosotros reducimos el efecto "metálico y seco", básicamente porque transponemos todo el coral un tono abajo; es decir, lo cantamos en La menor y no en Si menor. Esto es así, por cuanto luego de múltiples intentos y formas de afinar, el efecto seguía siendo poco agradable. Con la transposición, solucionamos nuestro problema (que no tiene por qué ser el suyo, obviamente).
2. Alto
Nótese que se continúa con la emulación del canto llano, pero ahora el ancla del período lo constituye la nota La (que es la dominante del acorde de conclusión del período, y por lo tanto ocupa el lugar del Fa# que era la dominante de los períodos en Si menor).
Por lo tanto, lo dicho sobre el "ancla armónica" debe considerarse aquí también.
3. Tenor
Lo primero a cuidar es la anacrusa; en efecto, nótese que comienza con un La# (sensible de Si menor), La# que proviene del Re anterior. Esto significa que el tenor debe realizar un salto (Re->La#) de cuarta disminuída que puede resultar un tanto difícil de afinar. Para ello, debe instarse a los tenores a que conserven en el oído el "ancla armónica" del acorde de dominante de Si menor que tiene dicho La# como su tercera y que cantó la soprano en el compás anterior.
Luego, como el arco se mueve por grados conjuntos no debería de provocar nada especial, salvado el caso del salto final. Nótese que Bach, en lugar de conservar el movimiento natural contrapuntístico (que llevaría a un Re final en el tenor) sacrifica el contrapunto en aras de la integridad armónica y le asigna al tenor un Fa# a fin de provocar, sin ninguna duda, el sentido "mayor" del acorde.
Al igual que con la soprano, este Fa# final puede resultar metálico (peor por caer sobre una vocal abierta: "a"), lo que requiere no sólo la afinación correcta (recuérdese lo dicho sobre la tercera mayor y la sexta menor, cuando se trató esto párrafos arriba), sino una bonita y elegante sonoridad que debe buscarse mediante matizar la apertura de la "a" mediante su fusión con la "o",la cual, no obstante ser semiabierta, ayuda a controlar el posible martillazo del salto de cuarta justa ascendente.
En este sentido, el tenor debe cuidar de llegar al Fa# sin golpearlo, sólo colocarlo suavemente en su sitio a fin de contribuir a la armonía y no a un relieve melódico propio.
4. El bajo
La anacrusa del bajo es la típica cadencia (dominate-tónica) que al no ser final debe ser ejecutada con suavidad sin competir con el arco melódico de la soprano.
La figuración en corcheas que le sigue debe ser ejecutada con el relieve adecuado (¡cuidado con el chicle!... pero también cuidado con la ametralladora) sin ligarlas tanto como para que pierdan identidad, ni acentuarlas como si de un pizzicato se tratara), llegando a la fórmula usual de cadencia en las tres últimas notas, sin golpear el Re final; para ello que el bajo "piense" ese Re como a la misma altura del La que acaba de dejar.

El sexto período y final

Como se dijo, aquí no sólo acaba el coral, sino que se confirma el mensaje espiritual que la obra transmite: El premio final que se obtiene luego de atender lo que se dijo en los períodos anteriores.
Es una confirmación del período anterior y al igual que él, termina en un acorde mayor, luminoso y esperanzador.
Como es usual, el último compás requiere de un rallentando (bajando la velocidad gradualmente) para dar la sensación apropiada de conclusión, el cual no debe ser muy pronunciado y contrastante con la velocidad promedio de todo el coral, ni con la duración de los calderones.
1. Soprano
La anacrusa inicial del período se descuelga desde el Fa# cuya discusión nos ocupó en el período anterior. Por ello, debe cantarse apenas "colgado" a la misma altura que los anteriores y para ello, debe mantenerse el "ancla armónica".
El arco melódico aquí es descendente (de tercera clase) y por lo tanto nos lleva a un leve diminuendo.
Las corcheas con que finaliza el penúltimo compás, deben conservar lo dicho para el relieve; y en este caso, considerarse la posibilidad de dividir la elisión de sílabas: En lugar de ligar las dos corcheas sobre la combinación "-na_al-", asignar la sílaba "na" a la primera corchea y "al-" a la segunda. Pruebe las dos maneras y vea cuál le es mejor. En el caso de dividirlas, cuide que la sílaba "al-" no comience "aspirada", o sea, como "(j)al-".
2. Alto
Las corcheas de la anacrusa debe ejecutarse como ya se ha dicho antes en el mismo caso, e igual con las corcheas sucesivas.
Nótese que Bach rompe brevísimamente aquí el papel del canto llano de la contralto, sacándola de la oscilación en torno a la dominante, para llevarla al Do#; cosa que analizaremos a continuación.
En el primer tiempo del penúltimo compás, Bach pone a la línea de alto a cantar un Do# casi en el límite superior del registro usual de la cuerda (en algunos coros aficionados esto puede resultar un problema si las contraltos tienen dificultades con sus agudos). Por principio, el uso de la vocal cerrada "i" (en la sílaba "vi-") debería facilitar tal agudo, sobre todo si se canta como corresponde, es decir, como la "u francesa" ("ü", con diéresis, o una fusión entre "i" y "u", lo cual puede lograrse si se pone "la boca" como para cantar "u", pero se canta "i" con esa configuración).
Recuerde que siempre está la salida de cantar todo el coral un tono más abajo y por lo tanto, la contralto tendría en este caso un Si en lugar del Do#, lo que debería, teóricamente, facilitarle la vida a las contraltos).
Por solventado el agudo, se debe cuidar el volver al Fa# y su emulación del canto llano, sin golpear ni caer de martillazo (es un salto de quinta descendente, candidato oficial al martillo); esto se lograría si se piensa en alcanzar el Sol del tercer tiempo del compás, mediante el Fa#, es decir, sólo tocando el Fa# para desarrollar la figuración en corcheas que protagoniza esta línea.
Lo más importante está en el Re# final que hace la tercera mayor del acorde y permite el final sobre un acorde luminoso y esperanzador, como ya se dijo. Es a esta cuerda a la que le corresponde establecer esa diferencia y característica por lo que debe dársele la importancia del caso. A los efectos de una bella sonoridad, intente que se cante este Re# con el famoso "pelín más bajo" (que el del piano) a fin de dulcificar este maravilloso acorde final y dejar en el oído del público una armonía bella y dulce.
3. Tenor
Nótese que la anacrusa del tenor presenta la misma situación ya comentada sobre el salto de cuarta disminuída (Re->La#) por lo que remito a lo ya explicado.
Nótese asimismo que Bach vuelve a romper el normal movimiento contrapuntístico (que llevaría a que el tenor termine en un Si) por dar prioridad a la sonoridad armónica y así, provoca el salto de la sensible (La#) a la dominante (y no a la tónica). Este recurso armónico (bastante común en Bach) nos obliga a cuidar que el tenor alcance el Fa# de una manera muy suave y elegante, como si fuera al Si que debería de haber cantado si siguiera la línea y reglas del contrapunto riguroso; por ello, este Fa# debe cumplir su papel armónico sin pretensiones de salto melódico contrapuntístico. Dicho de otra manera, no debe de ser excesivamente perceptible para el público, el salto del tenor.
4. Bajo
La línea final del bajo es particularmente hermosa en su sencillez y debe rescatarse esa particular belleza con el realce adecuado. Véase que si bien cumple su función de base armónica, su línea melódica en sí tiene un potencial estético propio que resulta importante destacar, dándole a su vez, su respectivo lugar interpretativo a las corcheas sobre tiempos fuertes.

Finalmente

El acorde final, no sólo es bello, sino que es lo que quedará reververando en el oído y la memoria del público. Este último dato debe ser suficiente para que capte Ud. la importancia de su correcta ejecución.
Toda obra debe ser ejecutada bella y correctamente en su totalidad, pero fundamentalmente, debe concluirse especialmente bien.
Tome en cuenta lo siguiente:
Si se comienza mal, indispone al público para que no le tolere más nada ni en la obra, ni en ninguna obra que le siga.
Si se comete un error en el medio, el público no tendrá mucho tiempo de detenerse en él pues la obra continúa.
Si se termina bien, al ser la última sensación que queda, los errores anteriores pierden poder venenoso.
Pero si Ud. hace todo bien y se equivoca al final, ese error es todo lo que quedará en el oído y memoria y por lo tanto el veneno es mortal.
Por lo tanto, haga todo bien, pero especialmente cuide los finales.
Ahora bien; ¿cómo concluir el montaje y la ejecución de nuestro coral? Hay varias alternativas no todas buenas:
  1. El último acorde es potente y se corta súbitamente sin disminuir potencia.
  2. La potencia disminuye gradualmente hasta morir (morendo)
  3. La potencia se mantiene, incluso crece levemente, para luego disminuir, digamos, en su última cuarta parte.
Elija Ud. cuál prefiere según su sensibilidad estética. Yo me inclino por alguna variante de la última opción; evitando un corte seco y violento tanto como un diminuendo-morendo exagerado. Me resulta más bello regular y dar relieve a este acorde largo (recuerde que el calderón final será particularmente largo) para cortar cuando todavía tiene cierta potencia, la suficiente como para no cortar en seco; o en otras palabras, si hubiera un morendo será muy breve para evitar el corte en seco.
Hasta aquí, pues, la parte de este tutorial en relación con el montaje de obras.
Véase que, según la obra, el compositor, el estilo, la época histórica, etc. las soluciones a los problemas concretos podrán ser y de hecho serán distintas. Sin embargo, hay un método que será común a todas:
  • Analice la obra como un todo, y parte por parte
  • Infórmese y cultívese sobre el compositor, el estilo, las reglas que regían en su época, etc.; pues esto le permitirá acercarse a la ejecución que no sólo lleve un placer estético a su público, sino y también, cultura.
  • Ensaye algunas alternativas, cuando las tenga, y experimente junto con el coro, para entender sobre la realidad, los efectos y así, estar en mejor capacidad de decidir y elegir.
Espero que lo tratado sobre este sencillo y hermoso coral de Juan Sebastián Bacha no sólo haya sido de su provecho, sino que haya contribuido a que alguna comunidad, barrio o conjunto de amigos, puedan disfrutarlo cuando su coro lo presente para su deleite.
De eso se trata todo esto: De llevar la música coral, su arte y sus virtudes al alma de las personas y con su disfrute, contribuir a hacer mejor la vida de las personas que participan en esta experiencia. Que participan activamente cantando y pasivamente oyendo... ¡todos participan!
Por último, si Ud. está comenzando con su coro y toma esta obra y estos comentarios para su primera presentación, permítame hacerle notar algo: ¡ESTÁ PRESENTANDO A JUAN SEBASTIÁN BACH!... nada menos.
Junto con mi esperanza de que todo esto le haya sido útil, quiero también expresarle mis votos de éxito. Con trabajo duro pero satisfactorio, riguroso pero placentero, un coro vocacional logrará cosas maravillosas. Se lo puedo asegurar por experiencia propia.

Así las cosas, a trabajar...

Y hágame saber los resultados; pues si en algo más puedo colaborar, incluso puntualmente, deje aquí su comentario o escríbame, que con gusto haré lo que esté a mi alcance.
El tutorial continuará con las técnicas de dirección coral (gesticulación y comunicación).

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lunes, 6 de abril de 2009

Tutorial de Dirección Coral (3a. Parte, Sección 3a.)

Iglesia de Sto. Tomás en Leipzig
(Iglesia de Sto. Tomás en Leipzig.
Foto cortesía de www.bvmd.org)

Se dijo que el primer período era una semifrase de propuesta que era "contestada" por la segunda (por el segundo "período"); y de hecho Bach lo hace de manera asertiva.
En efecto, puede observarse que el primer período finaliza con una sensación de suspensión como esperando una respuesta (no tiene ni provoca una sensación conclusiva) al quedar sobre el acorde de la dominante, mientras que el segundo período (que ahora nos ocupa) satisface esa tensión al concluir sobre el acorde de tónica, constituyendo la fórmula de períodos antes mencionada: A-B.

El segundo "período"

Este segundo "período" cierra esta primera parte del discurso o diálogo musical y por lo tanto, tomándolo en sí mismo, muestra un arco que debe interpretarse con esa idea de "respuesta" reforzando el sentido de calma o conclusión, parcial, pero conclusión al fin.
Como el tratamiento que se le dio en la entrada al primer "período" resultó lo suficientemente claro, desde el punto de vista metodológico, el estudio del resto del coral podrá ser lo suficientemente ágil, y así, dejar el espacio para las técnicas de dirección específicas que podrán utilizarse con respecto a él; así que veamos las particularidades por cuerdas y el resumen final del período.
Soprano
Lo primero a observar es que la línea de soprano comienza (también en forma de anacrusa) con un LA natural ("en"). Esto es importante por cuanto acaba de dejar, en el compás anterior, un LA# (como sensible de SI menor en su escala armónica). La afinación de este LA natural no debería de provocar mayor problema habida cuenta de que los acordes que con ella se inician, resultan una sucesión armónica dirigida a la cadencia de conclusión del período. Esta sucesión, con varios acordes "disonantes" (con 7as. y 9a.) plantea una clara sensación de inestabilidad que refuerza el sentido conclusivo del acorde final del "período".
Comenzando con un mf el "período" termina en mp a fin de habilitar y resaltar la reentrada (en el 3er. "período") de la propuesta inicial.
El SI natural del segundo tiempo del compás 4, que cae de lleno con todo y sílaba en disonancia con el tenor, no debe exagerarse; por el contrario debe entenderse como un retardo del LA# siguiente y así ejecutarlo con cierta "flotabilidad" y elegancia, evitando que el acorde final resulte pesado y de "martillazo", mejor: ejecutarlo para que quede apenas puesto.
Alto
La línea del alto mantiene su eje sobre el FA# que continúa siendo el ancla armónica (el quasi recitativo, monódico, que recuerda al gregoriano y que ya se había mencionado en la entrada anterior). Esta línea de alto sigue revistiendo la mayor importancia pues en torno a ella se continúa entretejiendo la fábrica armónica y melódica de las otras partes. Por consiguiente, se debe continuar y reforzar la "idea visual" del alambre tenso.
En el primer tiempo del compás 4 nos encontramos con la figura de dos corcheas (sobre tiempo fuerte, tan caras a Bach) que cumplen un papel levemente distinto que las que encontramos en el primer "período". En efecto, estas dos corcheas del compás 4 podrían entenderse de dos maneras distintas: Una, considerando la segunda corchea como una simple anticipación del RE del acorde siguiente; otra, tomando la primera corchea como una especie de apoyatura del RE que aparece en la segunda corchea. Esta diferencia con respecto a la figura inicial del primer "período", provoca que el posible "chicle" melódico no haga tantos estragos aquí; por lo tanto, de las dos opciones, conviene interpretarla a modo de apoyatura y así, ligarla un tanto, es decir, suavizarla para caer elegantemente en ambos RE.
En el "período" anterior, se había comentado la posible afinación del SOL natural del segundo tiempo del segundo compás, recomendando dulcificarlo ("un pelín más bajo") por las razones armónicas y estilísticas indicadas; pues bien, no obstante que en este segundo "período", no se produce la cuarta aumentada con la soprano, las razones continúan teniendo su importancia (sobre todo en relación con el bajo) y por lo tanto conviene volver a afinarlo "un pelín más bajo". Si bien es el tenor quien tiene ahora el DO# (y por lo tanto hace la 5ta. disminuída, inversión de la 4ta. aumentada), veremos que la cuestión se suaviza por la presencia del SI natural en la soprano que, como se dijo, resulta ser como un retardo.
Tenor
Dos observaciones tienen importancia en esta línea: La primera se refiere a la figura de doble corchea del tercer tiempo del compás 4, donde todo lo dicho a fin de evitar el "chicle melódico" vale aquí; la segunda, tiene que ver con el MI del cuarto tiempo del mismo compás ("bon-") que con el impulso que toman los tenores en las dos corcheas anteriores, tienen usualmente tendencia a acentuarlo más de lo recomendable y por consiguiente, habiendo sido erróneamente enfatizado, se cae en el RE ("-dad") final como un plomo. Por lo tanto, es necesario cuidar estos motivos para ejecutarlos con la elegancia correspondiente pensando que ninguna de estas notas es otra cosa que un camino para llegar al RE final el cual debe quedar, también, "apenas puesto".
Bajo
El bajo se encarga, prácticamente, de la base armónica teniendo solo el motivo ornamental del segundo tiempo del compás 4, doble corchea cuyo relieve conviene manejar adecuadamente, evitando el "chicle". Por lo demás no amerita mayor comentario, salvado el caso, quizás, de que la nota final (el SI) no se golpee y sea proporcional a las otras voces.
Finalmente
Como respuesta al primer "período" este debe ser correspondiente; es decir, su "segunda mitad" que debe equilibrarlo, y "equilibrio" es la palabra clave. Nótese que, como un todo, este "período" realiza un arco de tercera clase, y por lo tanto, se ejecuta con un suave diminuendo, propio de este tipo de arcos.
El coral, como se dijo, tiene la forma general A-B-A-B-C-D, por lo que los dos primeros "períodos", la primera parte del diálogo, deben entenderse como una propuesta en sí que es contestada asertivamente por los otros dos: (A-B)-(A-B), lo que lleva a que lo dicho para estos dos primeros "períodos" sea válido para los dos siguientes (tres y cuatro).
Sin embargo, en nada ayuda a la estética ni al sentir espiritual del coral, el repetir los períodos tal cual; por el contrario, el buen gusto y el sentido estético llevan a que esta segunda aparición de la frase (A-B) deba tener algo distinto. Como las características melódicas y armónicas son iguales, la variación deberá introducirse en otro aspectos y así, se hará con los reguladores y matices. En este sentido, parece recomendable ejecutar esta segunda aparición un poco mas suave (poco piu piano) lo que permitirá resaltar sobriamente la conclusión del coral con el desarrollo de la frase (C-D) que es el clímax de la obra, y cuyos "períodos" serán objeto de la próxima entrada.

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domingo, 22 de marzo de 2009

Tutorial de Dirección Coral (3a parte, Sección 2)

Pues bien, comencemos con el análisis estructural de la partitura en general. Como puede observarse, consta de seis frases (llamadas, en este tipo de obras, "períodos"), con la forma A-B-A-B-C-D, y en la tonalidad (tan cara a Bach) de SI menor (la tonalidad de las tormentas), así:

1.A: "¡Dejad que Dios os guíe siempre"
2.B: "en Él confiad, en su bondad!"
3.A: "Os guiará por Sus caminos"
4.B: "con calma y seguridad."
5.C: "Y quien el Él confiando va"
6.D: "la vida eterna alcanzará."

Todos los períodos comienzan con anacrusa (es decir en tiempo débil) en el último tiempo del compás anterior.

Cada período (que en música común, sería mas bien, frase) desarrolla un arco melódico que culmina en un calderón que se ejecuta como una suspensión que puede equivaler, aproximadamente, a tres tiempos a fin de concatenar adecuadamente la siguiente anacrusa, pudiéndose utilizar un tempo de 72 ppm (pulsos por minuto, es decir, una negra= 1 pulso) que es un aproximado del pulso humano estándar (cardíaco) en estado de reposo (en obras más recogidas y elevadas, suele usarse un tempo más lento a fin de inducir a la meditación).

La finalidad de estos calderones (además de estilística) es permitir que cada verso pueda ser asimilado por la audiencia y por lo tanto, procesar conscientemente el mensaje; de allí que es incorrecto obviarlos o suprimirlos.

La ejecución general exige un legato constante pero no melífluo ni cursi, evitando los golpes (estilo marcha) que suelen aparecer en interpretaciones superficiales; sobre todo, en la resolución de las anacrusas, las cuales deben hacerse elegantemente y con suavidad.

La tonalidad de SI menor tiende a crear una atmósfera con cierta sonoridad levemente metálica que hay que cuidar, sobre todo en los FA# de las sopranos en el quinto período. De hecho, si tiene problemas de afinación o color, o dificultad de que las sopranos ejecuten correctamente el quinto período, considere transponer toda la obra medio tono o incluso un tono entero abajo (a SIb o LA menores). La transposición a SIb menor puede tener el inconveniente de complicar la afinación en las notas del registro de paso de tenores y sopranos, así que esta es sólo una sugerencia que Ud. deberá ponderar oportunamente.

1. El primer período:



A. Línea de sopranos
La primera consideración, como ya se adelantó, es no golpear la resolución de la anacrusa, es decir, no caer de martillazo en el "-jad"; mas bien haga que asuman que son como "saltitos" delicados que llevan al RE ("Dios") que es la cumbre de este arco melódico; es decir, asciendan sobriamente hasta ese RE y luego desciendan a la suspensión sobre el acorde de dominante (en 2a posición) sobre el LA# ("siem-"), descansando, con cierta tensión, en la nota siguiente con calderón (cuando el acorde se asienta sobre la 1a posición).

La segunda consideración se refiere al impulso (natural) que las sopranos tienden a dar sobre las corcheas (DO#-SI, "-e", de "guíe") que resulta en un acento usualmente exagerado. Aquí, para minimizar el efecto, es necesario recurrir a la suavidad del legato, pensando que, en realidad, es un descenso del SI al LA#, sólo que adornado (casi como que todo el acorde sobre el segundo tiempo, fuera un acorde de paso); además, es importante cuidar el color evitando una "e" abierta y metálica, para ello, ensaye matizarla con "o" (oscurecerla un pelín), cuidando una buena posición de la laringe (baja, en posición de bostezo).

B. Línea de altos
La anacrusa, aquí, está compuesta por dos corcheas, siendo la segunda una nota de paso que provoca una disonancia de 2a mayor con respecto a la soprano que resuelve en 4a justa (por cierto, si Ud. hace eso en su clase de armonía, le pondrán un "cero" de dimensiones bíblicas). Esta situación obliga a cuidar particularmente el legato para evitar un glissando, o como es usual decir, "un chicle melódico" donde las dos corcheas se aplanan sin ningún relieve. Esto no significa que deba destacarlas picándolas, sólo debe evitar el "chicle".

En este período es a las contraltos a quienes les corresponde el "ancla armónica" con ese quasi-pedal sobre la dominante.

Para ello, pida que se imaginen la sucesión de FA# como si fuera un alambre en tensión con respecto al cual giran y se enganchan las demás voces, permitiendo que la semicadencia de final del período (que descansa sobre el bajo) resulte afinada con relación al acorde inicial. En este sentido, incluso el DO# final, debe pensarse como si fuera ese mismo FA# (ancla armónica).

Siguiendo la misma línea de pensamiento, el FA# del cuarto tiempo del compás 1 (la anacrusa no se cuenta) es seguido por el MI (7a de dominante como nota de paso), ambas en corcheas. De nuevo, hay que cuidar el chicle (para cuidar, simultáneamente, el correcto legato) tratando de darle el relieve adecuado.

Una consideración de importancia recae sobre el SOL del segundo tiempo del segundo compás. En efecto, nótese que hace un intervalo disonante de 4a aumentada con respecto a soprano y de 3a menor con el tenor (10a con el bajo), en una muy bonita sucesión armónica que lleva a la semicadencia. Nótese que la tal 4a aumentada es resuelta a renglón corrido por Bach haciendo descender la soprano al intervalo de 3a mayor (no obstante que la resolución "natural" debería haber sido a la 5a justa), como un efecto notable querido por el compositor (en equilibrio con el mismo dibujo melódico asignado al tenor).

Dicho SOL (con su 4a aum.) plantea un brevísimo choque que sugiere dos opciones (en tratándose de música barroca): Una, la contralto lo ejecuta (afina) como el piano (y el choque es total); otra, se canta un pelín más bajo (acercándose al semitono diatónico barroco) para volver al FA#, como efecto del casi recitativo sobre dicho FA#.

Valga aquí una reflexión que estimo interesante: Bach utiliza aquí una reminiscencia de los modos eclesiásticos (en este caso, el modo IV o hipofrigio) que potencia, precisamente, la importancia de esta "ancla armónica" de la línea de contralto, y llama por ello a la afinación del SOL natural como se ha dicho. La otra consecuencia de "bajar el SOL un pelín" es la dulcificación de la 3a (10a) con respecto al tenor-bajo, todo lo cual produce un resultado más bello y acorde a la "buena temperación" propia de Bach.

C. La línea de tenor
Valga aquí lo dicho para contralto en cuanto al relieve de la anacrusa inicial. En realidad, esta línea de tenor no ofrece mayores comentarios, salvo dos: el caso del LA# final del período, cuya afinación hay que cuidar por su tendencia a bajarlo inadecuadamente (para ello, es necesario lograr que el tenor "se enganche" del ancla de la contralto y asunto arreglado); y evitar el golpe (acento) de la "-e" sobre el MI del segundo tiempo del segundo compás (igual que se dijo para la soprano, incluyendo lo del color).

¡Ah! Y otra apostilla académica: Note que en el tercer tiempo del primer compás, el tenor hace unísono con el bajo, del cual sale por movimiento directo. Otra vez: si Ud. hace eso en un coral de tarea de su clase de armonía, será calificado por San Juan de Patmos y su cero se incluirá en el capítulo 23 del Apocalipsis.

D. Línea de bajo
Una dificultad inicial de la mayor importancia a la que hay que prestarle atención: el salto de octava ascendente de la anacrusa. Si hay que cuidar que la soprano la golpee, con el bajo hay que evitar que el SI del tiempo fuerte, sea medible en megatones. Para ello, debe lograr que el bajo "piense" y "prepare" este segundo SI, mediante considerar el SI anterior (el SI 1) "como si estuvieran en la misma escala", es decir, como si tuviera que cantarlo como si fuera el SI 2 en el que cae. Esto es importante por cuanto el arco melódico del bajo es de primera clase (NOTA.- Los arcos melódicos se clasifican en tres categorías: La primera clase es con cumbre inicial, la segunda, con cumbre intermedia y la tercera, con cumbre final; un ejemplo de arco de segunda clase es, precisamente, este mismo período en la línea de soprano, y de tercera, el quinto período, también en soprano).

Para finalizar esta entrega que comienza el análisis y propuesta de montaje de nuestro coral, es conveniente generalizar que el arco melódico del período (suma algebraica de los arcos melódicos de las partes) requiere de un leve crescendo desde la anacrusa a la cumbre (sobre la palabra "Dios") y un leve diminuendo hasta el calderón.

Asimismo, este primer período, como es propio del discurso musical, tiene la forma de propuesta (como una pregunta) y por ello se suspende sobre la dominante provocando una tensión que requiere sea respondida y satisfecha, lo cual hace el segundo período. Por ello, en buena técnica de composición (en términos modernos) este primer período, como se dijo arriba, es en realidad una frase que es contestada con una segunda frase (el segundo "período") formando ambas el período musical propiamente dicho. Nótese que la ambigüedad de la palabra "período" provoca confusión. Por la naturaleza propia de este tipo de coral, se le llama período a lo que en el lenguaje musical común se le llamaría "frase". Por ello, préstese especial atención a esta terminología y discúlpeseme por el embrollo.

Es a esta respuesta y como tal, que se dedicará la próxima entrada, así que un poco de paciencia que todo llega, si Dios me lo concede.

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domingo, 8 de marzo de 2009

Breve tutorial de dirección coral (3a. parte)

Para comenzar he elegido una obra relativamente fácil y que se ubicaría en un estadio intermedio entre lo antiguo y lo moderno. Es una obra pensada y escrita para ser cantada por la comunidad (y no por coros profesionales), no obstante estar a
cuatro voces; y me refiero al coral de Juan Sebastián Bach "Dejad que Dios os guíe siempre". (La partitura puede bajarla gratuitamente del sitio de la Capella Pax Mundi.)
Para hacer las cosas bien y lo más didácticamente posible, dividiremos esta parte del tutorial en varias secciones (entradas) a fin de no alargar innecesariamente el espacio; por eso, comenzaremos con las generalidades, luego se tomarán los períodos, uno por uno a fin de comentar lo necesario para que sirva como ejemplo de "montar" obras en un coro aficionado.

El autor

Juan Sebastián Bach nace en la ciudad de Eisenach en 1685 y muere en Leipzig (ambas de lo que hoy es Alemania) en 1750. Considerado por muchos (en cuenta quien escribe) como el más grande genio de la música de todos los tiempos, llegó a tal dominio de ella que encontramos obras maestras de la más exquisita sencillez y facilidad, además de monumentos grandiosos de gran complejidad involucrando voces e instrumentos.
A Bach cabe entendérsele como un compositor de música religosa pues aunque tiene relativamente pocas obras "profanas", todas ellas estaban destinadas a la gloria de Dios, habida cuenta de que, como él decía, toda la música tiene esa sola y única finalidad. No obstante componer en el contexto luterano, su obra aparece incorporada en varias compilaciones referidas a la liturgia católica-romana, en cuenta el coral al que nos dedicaremos en esta entrada.

El período histórico

El período (estilístico-cultural) al que pertenece el autor y sus obras, es el Barroco, sucesor de la música renacentista-manierista y antecesor inmediato del clasicismo (recuérdese que sólo seis años después de la muerte de Bach nace el otro genio indiscutible: Mozart).
Siguiendo la costumbre de la época (en cuanto al papel que la música jugaría en la liturgia religiosa) desarrolla una de las formas musicales típicas del rito luterano: Los corales, llevándolos a la cima de su expresividad, belleza y sencillez con que deben contribuir a la elevación del espíritu y enriquecimiento del alma en su derrotero de acercarse a Dios.
En este estilo barroco, Bach sintetiza una aparente tensión entre "métodos" de composición: El equilibrio entre el contrapunto y la armonía, o dicho de otra forma, entre la polifonía y la homofonía, o entre la escritura "horizontal" y "vertical".
Los corales aparentan ser, básicamente, obras de carácter homofónico; sin embargo, la cuidadosa conducción de las voces (humanas) involucradas en el coral manifiestan ese dominio del contrapunto (polifonía) heredado de sus antecesores y maestros. El coral "Dejad que Dios" no es una excepción a esta afirmación.
El barroco (tanto en arquitectura como en pintura, y también, en música) se caracteriza por la ornamentación. Así como los detalles arquitectónicos (relieves con viñas, flores, animales, etc.; plenos de volutas) la música tendía a ese florilegium, pleno de recursos imitativos y desarrolladores (cánones, fugas, imitaciones por aumentación y disminución, per motto retrogrado es decir, por movimiento contrario, como en un espejo) y otro gran conjunto de artilugios lógico-matemáticos que hicieron de muchas obras del período, tristes muestras de retorcimiento del arte y la belleza sensible, y así, tristes muestras de la pérdida del sentido de las prioridades estéticas. Esto nunca pasó con Bach, cuyas obras, no obstante de estar pletóricas de "artilugios", jamás llegaron a ser decadentes, ni hasta el día de hoy.
El contraste más significativo del estilo barroco (ornamentado a ultranza) lo constituyen los corales escritos para voces humanas, donde su sencillez armónica y contrapuntística, alcanza la cúspide del pensamiento musical religioso-popular (insisto que estas obras estaban destinadas a ser cantadas por los chiquillos de las escuelas y la gente común, que por cierto, según sus biógrafos, Bach se veía obligado a "reclutar" constantemente habida cuenta de sus circunstancias laborales como Cantor de la Iglesia de Sto. Tomás y maestro de la escuela adscrita.)
Por eso, nuestro coral objeto de esta parte del Tutorial, se enmarca en ese esquema de sencillez y belleza.

Los corales

Una primera advertencia para quienes estén estudiando armonía: Los "corales" que se plantean como ejercicios académicos (y sus reglas) bastante poco tienen que ver con los corales de Bach; por lo tanto, no resulta apropiado analizar estas obras (las de Bach), con la lente de la clase de armonía, pues encontrarán muchas "violaciones"; de hecho, estos corales son conocidos como "corales de escuela" para diferenciarlos, precisamente, de los de Bach, entre otras cosas.
Los corales de Bach se basaban generalmente en textos (y también en música) preexistentes; lo cual sucede en el caso de nuestro coral. Son obras cortas (de escasos compases incluyendo repeticiones) basados en textos de tipo religioso (pasajes bíblicos o poemas escritos a propósito). Bach compuso una gran cantidad (muchos perdidos), llegando hasta nosotros un manojo de menos de doscientos (cifra, de todas formas, nada despreciable) como consecuencia de las tensiones entre "casas editoriales" y los detentadores de los manuscritos, en cuenta su hijo Carlos Felipe Manuel. De los que llegaron a nuestros días, incluso hay algunos que se sabe tienen errores de transcripción, pero no nos es posible subsanarlos.
El estilo de interpretación y ejecución de los corales es sobrio, elegante y pausado; debiéndose mantener una especie de "oración" musicalizada, de conversación interior que debe evitar la estridencia y los efectos desproporcionados (crescendo exagerados, fortissimi, etc.) Se desarrolla en una serie de frases musicales (llamadas en este caso, "períodos") concatenadas por sendas pausas (calderones) y respiraciones corales, siguiendo arcos melódico-sonoros que respeten la sobriedad de la arquitectura musical y la intimidad del ejercicio espiritual que intenta la comunión con Dios.
La clave de la buena ejecución e interpretación de los corales radica, precisamente en el manejo de esos arcos melódicos y el uso adecuado y oportuno de los calderones y respiraciones corales. (De paso, una "respiración coral" es aquella que realiza el coro completo, con interrupción del sonido, y que por lo tanto implica silencio, muy breve, pero silencio al fin; y que no hay que confundir con "un silencio" como figura musical, así como "un silencio de corchea".)
Este manejo adecuado de los recursos musicales está presidido, justamente, por el espíritu o la atmósfera que debe inspirar al coral y que puede resultar diferente según el texto, aunque siempre se mantiene ese fundamento de intimidad espiritual.

"Nuestro" coral

El coral "Dejad que Dios os guíe siempre", cuya partitura debe haber Ud. ya bajado del sitio que se indicó, es el clasificado como "BWV 434" (BWV significa "Bach Werke Verzeichnis" o "Catálogo de las obras de Bach", en español) y lleva por título original "Wer nun den lieben Gott lässt walten" (Trad.: "Quien deja sólo al amado Dios reinar") y se basa en el texto y melodía, compuestos por Georg Neumark en 1674.
Bach lo utiliza en varias de sus obras (en cuenta, cantatas) y realiza dos corales (con el mismo nombre y melodía, pero diferente armonización). El nuestro se basa en la compuesta en 1724. (La otra cuenta con interesantes sucesiones de cromatismos, sobre todo en el bajo, que la hacen más difícil- pero no menos bella- para nuestros efectos didácticos.)
La traducción al español del texto de Neumark sería la siguiente:
"Quien deja sólo (exclusivamente) al amado Dios reinar y cifra su esperanza en Él en todo tiempo, se mantendrá a salvo milagrosamente de toda cruz (sufrimiento) y tristeza; quien en Él confía todo esto, no construye sobre la arena."(Trad. por quien escribe).
Como puede verse en la partitura, la letra en ella difiere de esta traducción, lo que es común cuando se intenta hacer coincidir los acentos lingüísticos con los musicales, las sílabas, etc. La letra que aparece en la partitura es de autor desconocido para mí, ya que tampoco se incluye en la edición. No obstante, esa letra no dista en demasía del original, por lo que vale la pena intentarlo en español. Como estamos comenzando con el "montaje" de nuestra primera obra, vale el hacerlo así para no complicar el asunto con la pronunciación alemana.

Concluyendo esta parte

Con estas generalidades, cumplimos con una de las situaciones que se han mencionado en entradas anteriores: Cultívese Ud. mismo/a. Conozca sobre el período histórico y sus circunstancias, de autores (en este caso, antecesores y contemporáneos de Bach, como Händel, Rameau, Buxtehude, etc.) Infórmese y fórmese sobre costumbres y datos culturales paralelos (arquitectura, pintura, literatura, etc.); en fin, hágase un paisaje lo suficientemente sólido del contexto, sus orígenes inmediatos y su influencia posterior, incluso hasta nuestros días. ¿Influyó acaso Bach en compositores como César Franck o incluso Arnold Schönberg, ambos insignes organistas? ¿Qué pensaba Mozart de Bach?
Aprenda y estudie sobre formas musicales (¿en qué se diferencia un coral de un motete?), estilos (gótico, renacentista, barroco-rococó, barroco tardío, etc.), reglas armónicas, principios contrapuntísticos, en fin, de todo lo que pueda referido a esa materia prima que tiene en sus manos, la música. Esto podrá marcar importantes diferencias en las presentaciones y conciertos que próximamente hará Ud. con su coro aficionado, que como podrá ver, trascenderá el mero hecho de ser un grupo de personas que les gusta cantar juntas.
Habiendo, pues, esbozado las generalidades de nuestro coral y primera obra a montar, en la próxima entrada comenzaremos su análisis y las pautas para su montaje.

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(Recuerde que Ud. puede hacer comentarios, formular preguntas o proponer algún tema específico para tratar en este blog. Sólo haga click en el enlace "comentarios" que aparece a continuación y se abrirá una ventana para introducir el texto que Ud. quiera comunicar.)

lunes, 23 de febrero de 2009

Breve tutorial de dirección coral (Intro)

1. Introducción y bases

Para comenzar es necesario aclarar una serie de conceptos y precisar el alcance de algunas cuestiones básicas que permitan ir avanzando sólidamente en la dirección correcta.

Cuando se trata de "dirección coral" se piensa inicialmente en alguien que, de pie frente a un coro, mueve sus manos y como por arte de magia, ese grupo humano llamado "coro" se descuelga con las más maravillosas obras musicales.

Efectivamente, ese es y debe ser el resultado final, resumido a su mínima expresión; pero es necesario advertir, precisamente, que ese es el resultado final; es decir, es lo que se obtiene o debe obtenerse finalizado todo un proceso previo que implicó, como todo proceso, una serie de actividades y tareas, debidamente concatenadas para lograr un cierto fin.

Por eso, se hace imprescindible distinguir tres líneas básicas de acción, las cuales comportan cada una de ellas, su propia dinámica y especificidad, sin olvidar que conforman un solo proceso. Estas tres líneas básicas son: a) La preparación vocal; b) la enseñanza-aprendizaje de las obras; y c) la dirección de las obras en concierto. Veámoslas una por una en un primer acercamiento.

2. Las tres líneas básicas

La preparación vocal

Por más amateur que un coro sea, debe ser cuidadoso de lo más elemental: La salud de los y las integrantes y particularmente, su salud vocal. Esto implica conocer qué ayuda y qué perjudica (hábitos, factores externos, etc.) para que las voces de nuestros cantantes cumplan de la mejor manera posible, su cometido de hacer arte y belleza.

Las técnicas vocales (de correctas respiración y emisión de la voz) deben servir, inicialmente, para no dañar, y luego, para mejorar el resultado o producto sonoro, tomando en cuenta el alcance (registro vocal) de cada una de las personas.

Las técnicas de respiración no sólo contribuyen a que se puedan cantar las frases melódicas sin interrupción, sino que influyen directamente en la correcta emisión del sonido, en forma saludable y segura para las personas. En cuanto a la calidad del sonido, no solo es necesario lograr voces agradables (sin chillidos, maullidos, ladridos, mugidos, y otras onomatopeyas), sino los correctos "colores" según las cuerdas.

Como puede observarse, pues, la preparación vocal es extremadamente importante en el buen desarrollo del coro amateur, pues aunque no se pretenda lograr el nivel de un coro profesional, sí se requiere una actuación digna; es decir, que aunque no se espere lograr una ejecución de clase mundial, tampoco hay que conformarse con asesinar desinteresada y desconsideradamente (luego de una cruel tortura), obras y autores. Por ello, en este primer acercamiento, se mencionan esos puntos básicos que se desarrollarán en una sección especializada aparte.

La enseñanza-aprendizaje de las obras

En menos palabras: El "montaje". Para algunos, la cuestión pudiera reducirse al punto de que los cantantes deben aprenderse su línea (ya de memoria, ya leída) y pronunciar correctamente. Esto sería lo que se pudiera lograr con una aplicación informátca que reprodujera la voz humana. Sin embargo, carecería de lo más importante del arte: Su humanidad; es decir, esas sutiles y pequeñas variaciones que son dadas por la intervención de ese ser libre y complejo que es la persona, quien al cantar, consciente o no, introduce fluctuaciones que marcan la diferencia entre "ejecutar" e "interpretar" una obra musical.

Se había dicho en el tutorial sobre organización, que el Director o Directora de Coro, debe cultivarse a sí mismo con mucho cariño, disciplina y dedicación. Pues bien, ahora es cuando.

Por elegida una obra a montar, el Director debe llegar a conocerla íntimamente. Esto significa, no sólo su factura y tejido musical, sino su contexto general el cual implica la época histórica con su correlativo canon estético, su teoría musical vigente en la época, el compositor y todo su bagaje, las circunstancias de su estreno o primera publicación, lugar y corriente donde estuvo inmersa su creación, y una larga lista de etcéteras.

En un coro amateur no será necesario sacar una maestría en algo, pero sí será, no sólo necesario sino imprescindible, que la obra se acerque lo más posible a su naturaleza original, aunque los gustos hayan cambiado durante 500 años. Y esto es así, por cuanto el coro debe ser, como ya se dijo también, un vehículo que debe contribuir a elevar la cultura y la percepción estética de su público. Y esto requiere, como mínimo, no inducir a error; es decir, no suministrar información incorrecta tanto expresa (como cuando se presenta el comentario, en público, de una obra), como tácita (como cuando se ejecuta una obra divorciada de lo que debe ser según lo que le corresponde).

El proceso de montaje implicará, luego de asegurarse de que el coro conoce los antecedentes y se familiariza con ellos, el trabajo relacionado con la afinación, el fraseo, los matices y variaciones de tempo, etc.

La dirección coral propiamente dicha

Esta línea básica de acción está constituida por el conjunto de técnicas y herramientas que se utilizan al momento de crear (es decir, transformar en acto) una obra de música coral frente al público. Consiste en toda la gesticulación llevada a cabo por el Director o Directora que conduce el desarrollo de la factura musical; y por ello, no es más que una serie de mensajes no verbales (gestos), de información e instrucciones, que el coro debe ser capaz de entender y reaccionar de acuerdo con ellos.

Luego de haber "montado" una determinada obra, cuando se presenta en concierto, quien dirige se ocupa de que todo lo realizado en la etapa de enseñanza-aprendizaje, se cristalice en arte actualizado, es decir, hecho acto. Por ello, ambas etapas están íntimamente relacionadas, pues en el montaje, de una vez se enseñan los mensajes (gestos) que serán utilizados por el Director o Directora durante la interpretación en público.

Esta gesticulación, por la cual comunicamos al coro lo que debe realizar (sería mejor decir "recordamos" que "comunicamos") debe cumplir dos reglas fundamentales: La precisión (es decir sin ambigüedades o confusiones) y la elegancia.

La precisión da la seguridad de que todos hablamos el mismo idioma y por consiguiente, todo el coro responde in solidum es decir, como si fuera una sola persona con muchas gargantas. Esto es clave para garantizar una correcta ejecución y acercarnos a una igualmente correcta interpretación. Yo mismo, he pecado de impreciso y puedo asegurar de primera mano que se paga caro.

La elegancia es necesaria, no sólo por respeto al público y al mismo coro, sino en concordancia con el arte y la belleza que pretendemos compartir con nuestro concierto. Por ello, los gestos serán sobrios, adecuados y oportunos, con gracia y belleza en sí mismos. De hecho resulta muy desagradable la impresión que uno se lleva cuando se ve a un Director o Directora gesticular de tal forma que el Quijote hubiera arremetido contra ellos confundiéndolos con los molinos de viento de La Mancha.

Sin embargo, esta etapa de la correcta dirección coral resulta más sencilla de aprender y manejar (para un Director o Directora), pues cuenta con reglas, técnicas y herramientas estudiadas y más que probadas por los mejores Directores de Coros del mundo; las cuales pueden aprenderse con facilidad. Distinto es el caso del montaje de obras donde la cosa se complica sensiblemente, pues tales reglas y técnicas se multiplican considerablemente.

Ya se dijo antes pero es bueno recordarlo, que un Director o Directora de Coros es en última instancia un líder que conduce al grupo coral a través de las vicisitudes que una obra y un concierto presentan. Como líder tiene el deber de conducir honorablemente, de dirigir adecuadamente y con la altura técnica y moral apropiada; por eso, debe preparar al grupo para los desafíos que enfrentarán y en su momento lograr esa magia que se mencionó al principio de este artículo: Lograr una obra de arte que es consecuencia de que el conjunto resulta mayor y mejor que la suma de sus partes, siendo el elemento que lo permite, el elemento de unión y consolidación del conjunto, precisamente, un buen Director o Directora, que no por nada, en la tradición, se le llama "MAESTRO" o "MAESTRA".

3. Antes de pasar al desarrollo de cada una de estas fases

En este breve y sencillo tutorial se tratarán separadamente con fines exclusivamente didácticos, pues deben siempre mantenerse integradas como etapas, actividades y tareas de un solo y mismo proceso. En este sentido, cuando sea necesario se llamará la atención sobre esta integralidad e integración.

Simultáneamente, como contribuyente a este espacio, mi calidad de director de coro implica el dominio de las últimas dos ya mencionadas: el montaje y la dirección; pues la correcta preparación vocal es competencia de especialistas. Sin embargo, en un coro amateur difícilmente se pueda contar con un preparador vocal especializado, pues para empezar, ni nosotros los Directores mismos, lo somos. No obstante, me he visto en el deber de aprender sobre esta etapa crucial de la preparación y cuidado vocal, precisamente por carecer de preparador especializado y por ello, el entero proceso coral queda bajo mi responsabilidad. Como este fenómeno es el usual en los coros amateur ("multitasking" lo llaman algunos), si no conseguimos que alguien con la especialidad nos contribuya en esta sección, me veré en el deber de compartir mi experiencia en esto de la preparación vocal, por lo menos, en cuanto al cuidado de no dañar las voces y si es posible, en cuanto a su mejoramiento.

Por ello, voy a comenzar con las fases de montaje y dirección coral, por su orden; y si fuera necesario, como se dijo, agregaré la de preparación vocal con todas las advertencias necesarias.

Así las cosas, en la próxima entrada pasaremos a la fase de "montaje" de una obra musical.


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jueves, 19 de febrero de 2009

Organización de Coros Vocacionales (3a. parte y final)

1. Organización artística en general

En este artículo se tratará de cómo organizar el Coro como conjunto de cantantes y cómo organizar la primera presentación o concierto (lo cual servirá de base para organizar los sucesivos). Por otra parte, cómo organizar los ensayos, las técnicas referidas a la preparación de obras, técnicas vocales y gestualidad de la dirección coral, se tratarán en el Tutorial de Dirección Coral que se pondrá en este blog próximamente.

2. Organización del conjunto coral

Se había mencionado en la Segunda Parte que uno de los primeros pasos para la conformación del coro era el de reclutamiento. Este proceso requiere de haber determinado el tipo de coro a integrar, ya sea este de niños, femenino, masculino o mixto.

Como "coro" (en su mínima expresión) se puede lograr que el conjunto cante al unísono o al menos, en octavas paralelas; eso no atenta contra la naturaleza de "coro". Sin embargo, no es eso lo que se espera cuando alguien planea ir a escuchar un "coro", por cuanto, quiérase o no, se espera algo más que normalmente se denomina armonía. Y esta armonía no se refiere a la consonancia de personalidades y buenas relaciones, sino al efecto sonoro producido por la combinación de sonidos simultáneos, es decir, a "acordes". Por ello, la meta inicial de todo coro vocacional debe ser constituirse para cantar armonías y esto implica cantar a por lo menos 3 voces (que es la forma mínima de un acorde completo en la música estándar).

Estas tres voces, para clasificarlas muy sencillamente, se distribuyen en una voz alta, una media y una baja considerando las relaciones entre sí, según la frecuencia (si se quiere, medida en "hertzs").

Registro de coros de niños y femeninos amateurs registro de voces agudas

En los coros conformados por voces agudas (niños y femeninos) se ubican en un registro que se extiende desde el Sol 2 y el sol 4 (G2 y G4 según la notación inglesa) aunque para empezar, es usual que se elijan obras que no alcancen las notas más altas, conformándonos generalmente con un humilde Mi 4 (E4).

Registro de coros masculinos amateurs registro de voces graves

En los coros de voces graves (masculinos) el registro se extiende entre el Sol 1 y el sol 3 (G1 y G3) dado que no estamos considerando los registros sobreagudos de contratenores y sopranistas. De la misma manera, un coro que se inicia y no cuenta con voces medianamente entrenadas, no obligará a que se alcancen las notas superiores, conformándonos en este caso con un Mi 3 (E3), ni las profundidades tenebrosas de notas inferiores al Sol 1.

Estos límites de registros son aproximados y al sólo título de tratar con coros vocacionales que no necesariamente alcanzarán notas excepcionales más arriba o más abajo (con notas que son alcanzadas por cantantes profesionales o amateur particularmente dotados tal como se acaba de indicar).

Registro de coros mixtos amateurs registro de voces agudas

Por otra parte, cuando hablamos de un coro mixto, nos referimos al conjunto que abarca el completo registro de la voz humana (amateur), se decir, desde la nota más baja dada por un hombre a la más aguda dada por una mujer o un niño.

Demás puede estar el decir que es el coro mixto el que permite mejor sonoridad (más amplia y plena) y para el cual se han escrito a lo largo de la historia mayor cantidad de obras, lo que significa la posibilidad de un repertorio más amplio.

No obstante, grandes compositores han escrito para coros en sus versiones parciales, destacándose importantes motetes de Palestrina (p.ej. el "Hodie Christus natus est" para coro masculino) o la versión del "Ave María" de Mozart, para coro femenino o de niños. De todas formas, siempre existirá el recurso de elaborar arreglos corales adecuados de música folclórica, lo que enriquecerá el abanico de opciones.

Ahora bien; ¿cómo determinar la selección en el reclutamiento? Hay dos datos elementales que considerar: El primero es prestar atención a los límites. Cuando se hace una prueba a un futuro cantante, es necesario llevarlo paulatinamente hasta donde alcance, tanto hacia arriba como hacia abajo, cuidando de no provocar maltrato al aparato fonador. Cuando alguien alcance, por ejemplo, notas agudas es necesario determinar si sólo "llega" a ellas o por el contrario son notas sustanciales. La forma de determinar esta diferencia radica en que las "notas sustanciales" suenan con mucho mejor proyección, es decir, "corren" hasta el final de la sala o se pueden oir bien desde más lejos. Esto es común en cantantes masculinos, quienes por razones culturales y sociales tienden a utilizar notas más graves que bien le funcionan en el habla cotidiana, y en una prueba pueden ser capaces de dar un Sol 1... pero cuando uno se aleja 4 metros, el famoso sol se escucha apenas y lastimosamente.

De esta forma, se tiene un primer acercamiento a una posible configuración de voces, la cual deberá ser revisada con regularidad durante los primeros tiempos a fin de introducir los ajustes necesarios, es decir, cambiar a alguien de cuerda.

Coros de niños y femeninos.- Veamos ahora lo básico de este tipo de coros. Tomando en cuenta el registro que se indicó arriba, cabe organizar el coro de tres maneras distintas, como mínimo; unas mejores que otras, como suele suceder. La primera, es conformarlo a dos voces o cuerdas (aguda-Sopranos y grave-Contraltos); la segunda es conformarlo a 3 voces (aguda-Sopranos, media-Mezzosopranos y grave-Contraltos) y la tercera es hacerlo a 4 con duplicación de sopranos (lo más usual) o en su caso de alguna de las otras voces. De todas formas, lo importante será que cada cantante se ubique en su categoría a fin de facilitar el aprendizaje y ensayo de las obras, al concentrarse en la línea (pentagrama) que le corresponde. Así, y al sólo título de ejemplo, tendremos Sopranos I, Sopranos II, Mezzos y Altos; esquema básico que también sirve para el coro de niños con las particularidades que se anotarán en los artículos especializados sobre este tema.

Coros masculinos.- El proceso es igual para el coro masculino, sólo que en este caso nos encontraremos con cuerdas que se denominan Tenores, Barítonos y Bajos, de lo agudo a lo grave. En caso de configurarlo a 4 voces, podrá duplicarse usualmente la cuerda de Barítonos o la de Tenores, siendo más raro la duplicación de Bajos (salvo en obras polifónicas renacentistas y algunas modernas).

Coros mixtos.- Como se dijo, este tipo de coros es el que mayor abanico de opciones tiene habida cuenta de la amplitud de su registro. La configuración mínima usual es a 4 voces: Sopranos, Altos, Tenores y Bajos, con el agregado de que cada una de esas cuerdas se puede duplicar (Sopranos I y II, Altos I y II, y así sucesivamente) para llegar a tener 8 voces. En los coros vocacionales y amateurs que comienzan, no es necesario llegar a superar el esquema básico a 4, pero a medida que se crece y progresa, conviene aventurarse en obras a 5 o más voces y eso obliga a la duplicación de alguna cuerda. (La polifonía vocal renacentista ofrece obras hermosísimas y de gran riqueza sonora para grupos de 5 voces o más). Por lo pronto, entonces, nos conformaremos con la configuración tradicional a 4 voces, la cual permite una armonía plena pues en la mayoría de los casos los acordes están completos.


Los cuatro registros tradicionales del coro mixto
SopranosAltosTenoresBajos

Esta configuración de varias voces, cualquiera sea ella, ofrecerá desafíos a los Directores y Directoras que se inician (y más aún a los cantantes sin experiencia) que consisten en las situaciones que se plantean al intentar lograr la independencia sonora, es decir, cantar lo que corresponde sin que lo que cantan los otros les estorbe. Esto lleva a dos fenómenos que se analizarán en el Tutorial: La homofonía y el contrapunto.

Pues bien; hemos pasado el proceso de reclutamiento, hemos seleccionado nuestros cantantes y ubicado en sus respectivas cuerdas; es decir, hemos alistado la maquinaria. Ahora es tiempo de elegir la materia prima: El repertorio.

3. El repertorio

Para comenzar, se elegirá una sola obra, la cual tendrá más la finalidad de taller de aprendizaje que de producto de concierto. Sin embargo, como bastante trabajo dará lograr hacer bien la bendita obra, más vale elegir una que de paso, sea digna de ser interpretada en público. Esto significa que debe ser sencilla, didáctica y lo suficientemente digna.

Con la experiencia que se tenga en el montaje de esta obra inicial, se podrá medir cuánto es arriesgable para intentar obras de mayor complejidad y su respectivo grado. Cuando tenemos una serie de obras "montadas" (es decir, preparadas, aprendidas y ejecutables) entonces tenemos un repertorio.

Los repertorios deben cumplir una serie de reglas básicas que han sido usuales para conservar el buen gusto. La principal es la siguiente:

Elija obras que contribuyan a elevar el nivel cultural de su audiencia.

Teniendo una buena lista de obras dignas y ejecutables para el coro, la segunda regla básica es la siguiente:

Alterne obras rápidas con obras lentas (alegres con tristes) comenzando y finalizando con obras rápidas/alegres

En su coro puede Ud. elegir obras de distintos períodos históricos así como estilos o, por el contrario, especializarse en uno de ellos (p. ej. música de renacimiento o gospel) Si opta por incursionar en distintos períodos históricos, viene la tercera regla de oro:

Preséntelas por orden cronológico (de la más antigua a la más moderna) y separe la música seria (académica) de la folclórica y popular

No crea que con presentar y ejecutar las buenas obras está todo listo. Por el contrario, un coro (por más amateur que sea) debe ser un vehículo de arte y cultura,lo cual debe también ocupar su correcto lugar. Preste atención a los "valores agregados" y por lo tanto hay una tarea ineludible de todo buen Director o Directora de Coros: ¡Cultívese Ud. mismo! Con ello estará en posición de dedicar no más de 30 segundos antes de cada obra para que un Maestro de Ceremonias, Presentador o en último caso Ud. mismo (que no es lo más recomendable) pueda dar una breve reseña de la obra, el compositor, el período al que pertenece y algún dato de interés. Esta información será bienvenida por el público y servirá para conocer más y mejor sobre el arte y la cultura. La excepción al principio de que no le corresponde al Director presentar las obras (además del caso en que no hay nadie que se encargue de eso) es cuando se presentan conciertos de naturaleza popular, como por ejemplo, los navideños. En este caso, aproveche para hacer un buen contacto con el público (intente "echárselo en el bolsillo"), rompa el hielo y establezca una relación de mayor distensión.

Entienda que su nueva tarea de dirigir un coro le impone el deber de cultivarse conociendo de historia de la música, detalles de las obras, características de los estilos y formas musicales, etc. Esto será también de la mayor importancia al momento de preparar las obras a ejecutar pues le corresponde a Ud. instruir e iluminar al coro. Esto tiene un valor agregado más: Cuánto más culto y cuanto más conozca de las obras que tiene entre manos, mayor respeto le tendrán los integrantes del coro así como el público que comenzará a seguir a las presentaciones, no importa dónde se hagan; es decir, comienza la legión de "fans".

Por último, pero no menos, la regla final:

No canse a su público (¡ni a sus cantantes!). Elija variedad, elementos sorpresa, y que su repertorio no exceda de 40 a 45 minuntos de música efectiva (lo que le permitirá un concierto de no más de una hora de duración.

Recuerde que siempre es preferible que el público pida a gritos "otra" que el hecho de que a mitad del concierto la sala empiece a vaciarse.

Ya se había hablado sobre "observar el entorno"; pues bien, fíjese la clase de público al cual ofrece Ud. la presentación y tome en cuenta sus expectativas. Esto no significa rebajarse y "charralear" el concierto ni el coro.

Ud. tiene el mando y ese mando lo ejerce para que su comunidad crezca culturalmente y en última instancia, sean mejores personas.

Recuerde que la música fue considerada como algo mágico, que Orfeo encantaba las bestias salvajes con su lira y no un látigo, que las musas eran delicadas doncellas (no eran sátiros ni centauros), que todo estaba dirigido por Apolo (y no Marte o Vulcano) y que, al fin y al cabo, todo se reduce a un sola virtud: La Belleza.

Fin de esta serie de tres artículos.


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miércoles, 18 de febrero de 2009

Organización de Coros Vocacionales (2da. Parte)

1. Planificación

Luego de asegurarnos que contamos con las condiciones humanas mínimas para un trabajo decente, según se vio en la Primera Parte, es hora de establecer las condiciones materiales correspondientes, y para ello, hemos de planificar. Esta primera planificación se refiere al corto y mediano plazos, es decir, algo así como el primer y segundo año de existencia.

Lo primero que se necesita para una correcta planificación es conocer el entorno en el que el coro se creará y funcionará. Observe el entorno de su comunidad, congregación religiosa o empresa para determinar los factores que le ayudarán así como aquellos que puedan obstaculizar el proyecto. Así, el primer paso será determinar el "inventario humano", es decir, con cuántos cantantes se puede contar para iniciar el proyecto y si es posible, las habilidades musicales de tales cantantes. Con ello, podemos determinar el tipo de coro que comenzará, es decir, el núcleo inicial, pues la tendencia usual es que, cuando la comunidad comienza a ver los logros, se aumente la oferta de cantantes.

Como se verá a propósito de la organización artística, más adelante, la otra cuestión inicial será la elección del repertorio, el cual deberá ser adecuado a ese inventario inicial. Piénsese en el coro como una empresa cultural que ofrece determinados bienes y servicios a su público, aunque tengamos claro que no tiene fin de lucro ni carácter comercial. En este sentido, el coro debe contar con una determinada materia prima (las obras que componen el repertorio), una determinada capacidad industrial (los cantantes que procesan esa materia prima para transformarla en algo que ofrecer) y productos finales que son suministrados al público (las obras ejecutadas). Este esquema será muy importante al momento en que tratemos el tema de la calidad.

Con estas sencillas bases, es hora de prestar atención al establecimiento industrial: El local del coro. Para los coros vocacionales no debería ser tan complejo el conseguir un local de ensayos; pero eso no siempre es así. Los coros religiosos y empresariales, así como los relativos a escuelas y colegios, usualmente tienen mayor facilidad pues podrán contar con el apoyo, en cuanto a local, de su iglesia, centro educativo o empresa. Pero con los independientes, la cosa puede complicarse un poco. No obstante, cuando observe el entorno, hágase una lista de opciones para locales de ensayo (salones comunales, dependencias de templos religiosos, ONG's, etc.) que puedan estar dispuestos a colaborar; y en última instancia, una casa de familia, opción esta que no reunirá las mejores condiciones acústicas, pero si de arrancar se trata, echemos mano de ella.

Cuando tengamos el local inicial, llega el momento de inventariar cantantes, es decir, el reclutamiento. Este es un proceso de carácter artístico y técnico que se tratará más detalladamente en su parte correspondiente, pero como en este artículo nos interesan las cuestiones administrativas, es necesario observar que en este proceso habrá que prestar atención a la primera aparición del tema de la calidad. Cuanto mejores cantantes se consigan, mejores serán las perspectivas para lograr un buen coro.

El número de cantantes a seleccionar depende de una ecuación lógica: Si se quiere un coro de cámara no es conveniente sobrepasar los veintitantos integrantes, pues un coro de cámara, como su nombre lo indica, se supone que cantará en espacios cerrados y relativamente pequeños (cámara=sala o habitación); por el contrario, el número de integrantes podrá estar determinado por la oferta y así, aunque pretendamos tener 40 integrantes, sólo se ha podido recultar 18. En este sentido, observe cuál de los factores (oferta o demanda) será el preponderante cuando decida la integración. Así, a propósito de la planificación, si establece el tipo de coro, así planificará el reclutamiento.

Tenemos ya los dos elementos iniciales para planificar actividades: El coro (maquinaria industrial) y el repertorio (materia prima); con ello estamos en posición de determinar la primera entrega de productos: Nuestro primer concierto. Tomando en cuenta el nivel y condiciones de los integrantes y el nivel de complejidad del repertorio, podremos calcular con cierta aproximación, las fechas posibles de esta primera presentación. Si el nivel puede calificarse de "normal" (ya veremos a qué se refiere este término) y el repertorio es relativamente sencillo, el primer concierto pudiera estarse realizando después de cumplido el séptimo mes de preparación (tomando en cuenta un régimen de ensayos de 5 horas semanales, distribuidas en dos días).

Elija el lugar donde se presentarán y así comienza otra etapa de la planificación. En este caso, se debe planificar sobre las cuestiones materiales necesarias para una presentación digna. Para comenzar, elija un sitio donde el traslado del coro no requiera de movilización especial, es decir, nos presentamos en la misma comunidad. Luego habrá que dotar al coro de sus respectivas partituras y probablemente, de alguna ayuda tecnológica (p. ej.: CD's con la música de las obras, es decir, con la parte correspondiente). En la Capella Pax Mundi acostumbramos, como muchos otros coros del mundo, a entregar CD's con las partes grabadas a fin de que nuestros integrantes tengan mejor opción de prepararse en sus casas y familiarizarse con las obras (ya trataremos sobre el tema de los archivos .mid y . wav etc. que pueden utilizarse para estas ayudas tecnológicas). No menos importante es la cuestión del uniforme. Un uniforme es eso: Una vestimenta igual (o por lo menos, muy parecida) para todos los integrantes. No se complique con esto si no cuentan con recursos para ello. Puede plantear una vestimenta sobria (súper tradicional: Camisa blanca y pantalón negro) o puede solicitar un diseño exclusivo de una casa de modas con sede en Milán. Todo depende de con cuánto contamos para este rubro. Pero lo cierto es que hay que tomar una decisión y así poder planificar lo necesario para obtenerlo.

Por fijados los requisitos materiales, haga un cálculo de inversión y planifique de dónde saldrán esos recursos que permitan sufragarlos (desde la aportación de los mismos integrantes hasta la colaboración de empresas y personas amigas). Recuerde que como apenas se está empezando, el mercadeo del coro será bastante limitado; y cuando llegue el momento, comentaremos el asunto de los patrocinios.

Esta planificación nos lleva de cara a un asunto que para muchos puede resultar complejo, pero en realidad no es así: El de los presupuestos.

2. Los presupuestos del coro

Cuando pensamos en presupuestos, pensamos en un tema de dinero; pero en realidad, debemos enfocarlo como una herramienta de gestión. Con los presupuestos ordenamos los recursos financieros que permiten que nuestra maquinaria coral funcione. He aquí unas líneas básicas:

Presupuesto de ingresos. Lo primero que hay que determinar es la versión de ingresos. Aquí no sólo nos fijamos en la fuente (de dónde salen los recursos con que esperamos razonablemente contar) sino su cuantía, desglosada según su origen:

Ejemplo de presupuesto de ingresos
OrigenMontoObservaciones
Aportaciones de miembros21.000,001.000 colones por 20 miembros más el/la Director/a
Aportaciones de terceros10.000,001.000 colones por 10 personas de buen corazón
Total:31.000,00- - -

Con esto sabemos con cuánto contamos para nuestro proyecto (en este caso, nuestro primer concierto). Procede ahora elaborar el presupuesto de egresos y esto amerita una explicación un poco más detallada.

La transparencia en la gestión financiera requiere de aplicación de reglas aceptadas y legalmente válidas, aunque se trate de un grupo amateur sin personería jurídica. En este sentido, el presupuesto de egresos (y el de ingresos también, obviamente) conviene ser realizado conforme a alguno de los sistemas establecidos. A continuación se elegirá uno de gran claridad y utilidad, que servirá de base también a lo que posteriormente será el "Plan General de Cuentas" del coro, y es el que se sigue en la Unión Europea, el cual también es legal en Costa Rica.

Presupuesto de egresos.- En esa línea, el Presupuesto de Egresos tiene una serie de conceptos en las columnas que indican el programa al que se asignan los gastos y en las filas, los conceptos (relacionados con las cuentas contables) a que se asignan, también dichos gastos. Con el ejemplo, quedará más claro:



Ejemplo de presupuesto de egresos
ConceptoProgr.1Progr.2TotalesObservaciones
Compra de CD's4.000,00- - -4.000,0020 CD's a 200 colones C/U
Reproducción de partituras4.800,00- - -4.800,00480 fotocopias a 10,00 colones C/U
Fondo de reserva
22.200,00- - -22.200,00Monto que se reserva para el próximo presupuesto.
Totales:31.000,00- - -31.000,00- - -

Veamos un poco más cerca la tabla anterior: En la primera columna están los conceptos económicos (que para simplificar se pusieron crudos y no según un plan contable); en la segunda, un programa de trabajo (en este caso, el programa se refiere al primer concierto); en la tercera un segundo programa, que está en blanco por cuanto no hay ninguno en este momento, pero se incorpora para ejemplificar, puesto que el presupuesto de gastos, cuando el coro estén en pleno funcionamiento, podrá tenera varias columnas destinadas a los distintos programas; la siguiente recoge los totales del rubro y la última para anotar observaciones de interés. Las filas, como se dijo, contienen los rubros económicos y sus respectivas asignaciones presupuestales.

Formalmente, el presupuesto debe finalizar con un total de gastos mas reservas igual al total de ingresos presupuestados en la versión ya mencionada.

Cuando llegue el momento de madurez del coro como agrupación, será también el momento de haber evolucionado los presupuestos para adecuarlos a esa nueva realidad, y junto con ellos el Plan General Contable, etc. Estas son cuestiones muy pero muy importantes, no sólo para la correcta gestión del coro, sino para la confianza que debe presidir su quehacer y que se comentó en la Primera Parte. Y demás está decir, que resultará obligatorio según el régimen jurídico nacional.

La otra gran virtud que tiene una correcta elaboración de presupuestos se refiere al tema de la transparencia (tan unido al de la confianza). Con ellos no sólo seremos transparentes al planificar, sino y sobre todo, al momento de la rendición de cuentas. ¿Que hay que rendir cuentas al coro? Naturalmente. Recuerde que aunque como Director o Directora maneje Ud. las finanzas, tales dineros no son suyos personalmente, sino del grupo, y por lo tanto... ¡a rendir cuentas cada vez que corresponda! Si todo se lleva en forma transparente, correcta y honesta, no hay nada que temer y mucho por ganar.

3. Régimen de trabajo

La conducción del coro le corresponde al/la Director/a, no sólo en cuanto al acto mismo de dirigir una determinada obra musical, sino al entero quehacer de la agrupación como tal. Así, como se dijo en la Primera Parte, el Director o Directora resulta ser líder natural del coro y esto incluye, para empezar, su gestión o gerencia. Cuando el coro se transforme en profesional, crezca tanto como para formar una gran empresa cultural, será el momento de organizarse como tal, con todo un organigrama administrativo propio de ese tamaño y complejidad. Pero como estamos tratando de coros vocacionales y amateurs que recién se inician, no es necesario el contar con una Gerencia Administrativa y por lo tanto, será el Director o Directora quien asuma también esas funciones, aún y cuando pueda contar con la colaboración de algún integrante versado en la materia. Si se tiene tal integrante, será necesario prestar mucha atención a posibles conflictos de autoridad pues la tensión administración-arte no es nada despreciable (sobre todo si quien dirige es una síncopa entre Napoleón y Euterpe, o sea... la tiranía musical).

Con los principios básicos establecidos en la Primera Parte, es decir, lo referido a la naturaleza vocacional ("... porque quieren y no están obligados") y al clima y medio ambiente de trabajo, es altamente conveniente establecer un régimen adecuado. Esto significa que el coro y sus integrantes (Director o Directora incluidos) se somenten voluntariamente a un cierto sistema de reglas que están destinadas al orden y buen funcionamiento; por lo tanto no son arbitrarias y mucho menos, superabundantes. Hay dos extremos que hay que evitar: Un coro anárquico y un coro esclavizado (... ¿la galera romana?); por lo tanto, como decía Aristóteles, es necesario buscar, encontrar y aplicar el "justo medio".

Un coro anárquico significa que nunca estaremos en posición de saber con qué o con quiénes contamos para trabajar y llegado el caso, hacer una buena presentación. La anarquía se manifiesta en ausencias, desperdicio de recursos materiales y financieros, etc. Por otra parte, el coro esclavizado (y nada tiene esto que ver con el "Va pensiero..." de Nabucco), morirá muy pronto, y mientras sub-vive, sus conciertos y presentaciones comunicarán (con el lenguaje no verbal de la música) un mensaje desesperanzador que inducirá al público a una crisis de depresión melancólica involutiva que puede originar una seria demanda judicial por daños y perjuicios, además de afectar negativamente los presupuestos del Seguro Social cuando tenga que atender al público deprimido en masa.

Ese justo medio deberá plasmarse en una serie de reglas mínimas que deberán ser acordadas por el grupo (el consenso y la negociación son fundamentales en un coro vocacional) y luego explicitadas por escrito, de forma tal que todos los integrantes las conozcan y pueda facilitarse también el ingreso y rápida incorporación de integrantes nuevos. Esto no significa hacer un Reglamento con el mismo tamaño del Código Civil o la Constitución Política; más bien se parecerían, en su simpleza fundamental, a los 10 Mandamientos. Reglas claras, sencillas y pocas. No implica un régimen disciplinario (enumerando las 101 causales de expulsión del coro) sino un sistema que facilite el trabajo y EVITE (en forma profiláctica) la necesidad de expulsar a alguien. Este conjunto de reglas debe tender a cumplir la consigna de hacer un clima y medio ambiente de trabajo agradable, sano y productivo; y nótese que tan pernicioso es un régimen tiránico como ningún régimen en absoluto; otra vez: El justo medio.

En tal sentido conviene establecer reglas para, por lo menos, lo siguiente:

  • Asistencia a ensayos y presentaciones (forma positiva de regular las ausencias) así como para el cumplimiento de los horarios (llegadas tardías o salidas prematuras);
  • Uso y conservación de las cosas (uniformes, partituras, etc.);
  • Manejo de la información relativa al coro y sus integrantes; y
  • Principios de camaradería, solidaridad y mutuo apoyo (como conductas concretas a considerar)

A ese esquema de reglas se somenten todos los integrantes y el Director o Directora de primeros, pues por un lado nadie estará por encima de la ley y por otro el liderazgo se ejerce, entre otras cosas, con el ejemplo.

Muchas cosas faltan, todavía, para completar la organización administrativa, pero no se trata ahora de apabullar con muchas indicaciones. Estos artículos pretenden un esquema básico que se irá completando con el tiempo y la contribución de otros Directores y Directoras que se sumen al Programa de Apoyo. Y además de completarlo, habrá oportunidad de profundizar algunos puntos que lo ameriten.

Por lo tanto, es hora de echar un vistazo a la organización artística, lo que nos llevará a la Tercera Parte.


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