lunes, 23 de febrero de 2009

Breve tutorial de dirección coral (Intro)

1. Introducción y bases

Para comenzar es necesario aclarar una serie de conceptos y precisar el alcance de algunas cuestiones básicas que permitan ir avanzando sólidamente en la dirección correcta.

Cuando se trata de "dirección coral" se piensa inicialmente en alguien que, de pie frente a un coro, mueve sus manos y como por arte de magia, ese grupo humano llamado "coro" se descuelga con las más maravillosas obras musicales.

Efectivamente, ese es y debe ser el resultado final, resumido a su mínima expresión; pero es necesario advertir, precisamente, que ese es el resultado final; es decir, es lo que se obtiene o debe obtenerse finalizado todo un proceso previo que implicó, como todo proceso, una serie de actividades y tareas, debidamente concatenadas para lograr un cierto fin.

Por eso, se hace imprescindible distinguir tres líneas básicas de acción, las cuales comportan cada una de ellas, su propia dinámica y especificidad, sin olvidar que conforman un solo proceso. Estas tres líneas básicas son: a) La preparación vocal; b) la enseñanza-aprendizaje de las obras; y c) la dirección de las obras en concierto. Veámoslas una por una en un primer acercamiento.

2. Las tres líneas básicas

La preparación vocal

Por más amateur que un coro sea, debe ser cuidadoso de lo más elemental: La salud de los y las integrantes y particularmente, su salud vocal. Esto implica conocer qué ayuda y qué perjudica (hábitos, factores externos, etc.) para que las voces de nuestros cantantes cumplan de la mejor manera posible, su cometido de hacer arte y belleza.

Las técnicas vocales (de correctas respiración y emisión de la voz) deben servir, inicialmente, para no dañar, y luego, para mejorar el resultado o producto sonoro, tomando en cuenta el alcance (registro vocal) de cada una de las personas.

Las técnicas de respiración no sólo contribuyen a que se puedan cantar las frases melódicas sin interrupción, sino que influyen directamente en la correcta emisión del sonido, en forma saludable y segura para las personas. En cuanto a la calidad del sonido, no solo es necesario lograr voces agradables (sin chillidos, maullidos, ladridos, mugidos, y otras onomatopeyas), sino los correctos "colores" según las cuerdas.

Como puede observarse, pues, la preparación vocal es extremadamente importante en el buen desarrollo del coro amateur, pues aunque no se pretenda lograr el nivel de un coro profesional, sí se requiere una actuación digna; es decir, que aunque no se espere lograr una ejecución de clase mundial, tampoco hay que conformarse con asesinar desinteresada y desconsideradamente (luego de una cruel tortura), obras y autores. Por ello, en este primer acercamiento, se mencionan esos puntos básicos que se desarrollarán en una sección especializada aparte.

La enseñanza-aprendizaje de las obras

En menos palabras: El "montaje". Para algunos, la cuestión pudiera reducirse al punto de que los cantantes deben aprenderse su línea (ya de memoria, ya leída) y pronunciar correctamente. Esto sería lo que se pudiera lograr con una aplicación informátca que reprodujera la voz humana. Sin embargo, carecería de lo más importante del arte: Su humanidad; es decir, esas sutiles y pequeñas variaciones que son dadas por la intervención de ese ser libre y complejo que es la persona, quien al cantar, consciente o no, introduce fluctuaciones que marcan la diferencia entre "ejecutar" e "interpretar" una obra musical.

Se había dicho en el tutorial sobre organización, que el Director o Directora de Coro, debe cultivarse a sí mismo con mucho cariño, disciplina y dedicación. Pues bien, ahora es cuando.

Por elegida una obra a montar, el Director debe llegar a conocerla íntimamente. Esto significa, no sólo su factura y tejido musical, sino su contexto general el cual implica la época histórica con su correlativo canon estético, su teoría musical vigente en la época, el compositor y todo su bagaje, las circunstancias de su estreno o primera publicación, lugar y corriente donde estuvo inmersa su creación, y una larga lista de etcéteras.

En un coro amateur no será necesario sacar una maestría en algo, pero sí será, no sólo necesario sino imprescindible, que la obra se acerque lo más posible a su naturaleza original, aunque los gustos hayan cambiado durante 500 años. Y esto es así, por cuanto el coro debe ser, como ya se dijo también, un vehículo que debe contribuir a elevar la cultura y la percepción estética de su público. Y esto requiere, como mínimo, no inducir a error; es decir, no suministrar información incorrecta tanto expresa (como cuando se presenta el comentario, en público, de una obra), como tácita (como cuando se ejecuta una obra divorciada de lo que debe ser según lo que le corresponde).

El proceso de montaje implicará, luego de asegurarse de que el coro conoce los antecedentes y se familiariza con ellos, el trabajo relacionado con la afinación, el fraseo, los matices y variaciones de tempo, etc.

La dirección coral propiamente dicha

Esta línea básica de acción está constituida por el conjunto de técnicas y herramientas que se utilizan al momento de crear (es decir, transformar en acto) una obra de música coral frente al público. Consiste en toda la gesticulación llevada a cabo por el Director o Directora que conduce el desarrollo de la factura musical; y por ello, no es más que una serie de mensajes no verbales (gestos), de información e instrucciones, que el coro debe ser capaz de entender y reaccionar de acuerdo con ellos.

Luego de haber "montado" una determinada obra, cuando se presenta en concierto, quien dirige se ocupa de que todo lo realizado en la etapa de enseñanza-aprendizaje, se cristalice en arte actualizado, es decir, hecho acto. Por ello, ambas etapas están íntimamente relacionadas, pues en el montaje, de una vez se enseñan los mensajes (gestos) que serán utilizados por el Director o Directora durante la interpretación en público.

Esta gesticulación, por la cual comunicamos al coro lo que debe realizar (sería mejor decir "recordamos" que "comunicamos") debe cumplir dos reglas fundamentales: La precisión (es decir sin ambigüedades o confusiones) y la elegancia.

La precisión da la seguridad de que todos hablamos el mismo idioma y por consiguiente, todo el coro responde in solidum es decir, como si fuera una sola persona con muchas gargantas. Esto es clave para garantizar una correcta ejecución y acercarnos a una igualmente correcta interpretación. Yo mismo, he pecado de impreciso y puedo asegurar de primera mano que se paga caro.

La elegancia es necesaria, no sólo por respeto al público y al mismo coro, sino en concordancia con el arte y la belleza que pretendemos compartir con nuestro concierto. Por ello, los gestos serán sobrios, adecuados y oportunos, con gracia y belleza en sí mismos. De hecho resulta muy desagradable la impresión que uno se lleva cuando se ve a un Director o Directora gesticular de tal forma que el Quijote hubiera arremetido contra ellos confundiéndolos con los molinos de viento de La Mancha.

Sin embargo, esta etapa de la correcta dirección coral resulta más sencilla de aprender y manejar (para un Director o Directora), pues cuenta con reglas, técnicas y herramientas estudiadas y más que probadas por los mejores Directores de Coros del mundo; las cuales pueden aprenderse con facilidad. Distinto es el caso del montaje de obras donde la cosa se complica sensiblemente, pues tales reglas y técnicas se multiplican considerablemente.

Ya se dijo antes pero es bueno recordarlo, que un Director o Directora de Coros es en última instancia un líder que conduce al grupo coral a través de las vicisitudes que una obra y un concierto presentan. Como líder tiene el deber de conducir honorablemente, de dirigir adecuadamente y con la altura técnica y moral apropiada; por eso, debe preparar al grupo para los desafíos que enfrentarán y en su momento lograr esa magia que se mencionó al principio de este artículo: Lograr una obra de arte que es consecuencia de que el conjunto resulta mayor y mejor que la suma de sus partes, siendo el elemento que lo permite, el elemento de unión y consolidación del conjunto, precisamente, un buen Director o Directora, que no por nada, en la tradición, se le llama "MAESTRO" o "MAESTRA".

3. Antes de pasar al desarrollo de cada una de estas fases

En este breve y sencillo tutorial se tratarán separadamente con fines exclusivamente didácticos, pues deben siempre mantenerse integradas como etapas, actividades y tareas de un solo y mismo proceso. En este sentido, cuando sea necesario se llamará la atención sobre esta integralidad e integración.

Simultáneamente, como contribuyente a este espacio, mi calidad de director de coro implica el dominio de las últimas dos ya mencionadas: el montaje y la dirección; pues la correcta preparación vocal es competencia de especialistas. Sin embargo, en un coro amateur difícilmente se pueda contar con un preparador vocal especializado, pues para empezar, ni nosotros los Directores mismos, lo somos. No obstante, me he visto en el deber de aprender sobre esta etapa crucial de la preparación y cuidado vocal, precisamente por carecer de preparador especializado y por ello, el entero proceso coral queda bajo mi responsabilidad. Como este fenómeno es el usual en los coros amateur ("multitasking" lo llaman algunos), si no conseguimos que alguien con la especialidad nos contribuya en esta sección, me veré en el deber de compartir mi experiencia en esto de la preparación vocal, por lo menos, en cuanto al cuidado de no dañar las voces y si es posible, en cuanto a su mejoramiento.

Por ello, voy a comenzar con las fases de montaje y dirección coral, por su orden; y si fuera necesario, como se dijo, agregaré la de preparación vocal con todas las advertencias necesarias.

Así las cosas, en la próxima entrada pasaremos a la fase de "montaje" de una obra musical.


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2 comentarios:

  1. usted es una bendicion que el señor permita que usted siga adelante con este hermoso talento!!

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  2. Muchas gracias por su esfuerzo y enseñanzas. Se aprecia su gran amor hacia la musica. Es usted un hombre de fe que Dios le bendiga Francisco

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