lunes, 23 de febrero de 2009

Breve tutorial de dirección coral (Intro)

1. Introducción y bases

Para comenzar es necesario aclarar una serie de conceptos y precisar el alcance de algunas cuestiones básicas que permitan ir avanzando sólidamente en la dirección correcta.

Cuando se trata de "dirección coral" se piensa inicialmente en alguien que, de pie frente a un coro, mueve sus manos y como por arte de magia, ese grupo humano llamado "coro" se descuelga con las más maravillosas obras musicales.

Efectivamente, ese es y debe ser el resultado final, resumido a su mínima expresión; pero es necesario advertir, precisamente, que ese es el resultado final; es decir, es lo que se obtiene o debe obtenerse finalizado todo un proceso previo que implicó, como todo proceso, una serie de actividades y tareas, debidamente concatenadas para lograr un cierto fin.

Por eso, se hace imprescindible distinguir tres líneas básicas de acción, las cuales comportan cada una de ellas, su propia dinámica y especificidad, sin olvidar que conforman un solo proceso. Estas tres líneas básicas son: a) La preparación vocal; b) la enseñanza-aprendizaje de las obras; y c) la dirección de las obras en concierto. Veámoslas una por una en un primer acercamiento.

2. Las tres líneas básicas

La preparación vocal

Por más amateur que un coro sea, debe ser cuidadoso de lo más elemental: La salud de los y las integrantes y particularmente, su salud vocal. Esto implica conocer qué ayuda y qué perjudica (hábitos, factores externos, etc.) para que las voces de nuestros cantantes cumplan de la mejor manera posible, su cometido de hacer arte y belleza.

Las técnicas vocales (de correctas respiración y emisión de la voz) deben servir, inicialmente, para no dañar, y luego, para mejorar el resultado o producto sonoro, tomando en cuenta el alcance (registro vocal) de cada una de las personas.

Las técnicas de respiración no sólo contribuyen a que se puedan cantar las frases melódicas sin interrupción, sino que influyen directamente en la correcta emisión del sonido, en forma saludable y segura para las personas. En cuanto a la calidad del sonido, no solo es necesario lograr voces agradables (sin chillidos, maullidos, ladridos, mugidos, y otras onomatopeyas), sino los correctos "colores" según las cuerdas.

Como puede observarse, pues, la preparación vocal es extremadamente importante en el buen desarrollo del coro amateur, pues aunque no se pretenda lograr el nivel de un coro profesional, sí se requiere una actuación digna; es decir, que aunque no se espere lograr una ejecución de clase mundial, tampoco hay que conformarse con asesinar desinteresada y desconsideradamente (luego de una cruel tortura), obras y autores. Por ello, en este primer acercamiento, se mencionan esos puntos básicos que se desarrollarán en una sección especializada aparte.

La enseñanza-aprendizaje de las obras

En menos palabras: El "montaje". Para algunos, la cuestión pudiera reducirse al punto de que los cantantes deben aprenderse su línea (ya de memoria, ya leída) y pronunciar correctamente. Esto sería lo que se pudiera lograr con una aplicación informátca que reprodujera la voz humana. Sin embargo, carecería de lo más importante del arte: Su humanidad; es decir, esas sutiles y pequeñas variaciones que son dadas por la intervención de ese ser libre y complejo que es la persona, quien al cantar, consciente o no, introduce fluctuaciones que marcan la diferencia entre "ejecutar" e "interpretar" una obra musical.

Se había dicho en el tutorial sobre organización, que el Director o Directora de Coro, debe cultivarse a sí mismo con mucho cariño, disciplina y dedicación. Pues bien, ahora es cuando.

Por elegida una obra a montar, el Director debe llegar a conocerla íntimamente. Esto significa, no sólo su factura y tejido musical, sino su contexto general el cual implica la época histórica con su correlativo canon estético, su teoría musical vigente en la época, el compositor y todo su bagaje, las circunstancias de su estreno o primera publicación, lugar y corriente donde estuvo inmersa su creación, y una larga lista de etcéteras.

En un coro amateur no será necesario sacar una maestría en algo, pero sí será, no sólo necesario sino imprescindible, que la obra se acerque lo más posible a su naturaleza original, aunque los gustos hayan cambiado durante 500 años. Y esto es así, por cuanto el coro debe ser, como ya se dijo también, un vehículo que debe contribuir a elevar la cultura y la percepción estética de su público. Y esto requiere, como mínimo, no inducir a error; es decir, no suministrar información incorrecta tanto expresa (como cuando se presenta el comentario, en público, de una obra), como tácita (como cuando se ejecuta una obra divorciada de lo que debe ser según lo que le corresponde).

El proceso de montaje implicará, luego de asegurarse de que el coro conoce los antecedentes y se familiariza con ellos, el trabajo relacionado con la afinación, el fraseo, los matices y variaciones de tempo, etc.

La dirección coral propiamente dicha

Esta línea básica de acción está constituida por el conjunto de técnicas y herramientas que se utilizan al momento de crear (es decir, transformar en acto) una obra de música coral frente al público. Consiste en toda la gesticulación llevada a cabo por el Director o Directora que conduce el desarrollo de la factura musical; y por ello, no es más que una serie de mensajes no verbales (gestos), de información e instrucciones, que el coro debe ser capaz de entender y reaccionar de acuerdo con ellos.

Luego de haber "montado" una determinada obra, cuando se presenta en concierto, quien dirige se ocupa de que todo lo realizado en la etapa de enseñanza-aprendizaje, se cristalice en arte actualizado, es decir, hecho acto. Por ello, ambas etapas están íntimamente relacionadas, pues en el montaje, de una vez se enseñan los mensajes (gestos) que serán utilizados por el Director o Directora durante la interpretación en público.

Esta gesticulación, por la cual comunicamos al coro lo que debe realizar (sería mejor decir "recordamos" que "comunicamos") debe cumplir dos reglas fundamentales: La precisión (es decir sin ambigüedades o confusiones) y la elegancia.

La precisión da la seguridad de que todos hablamos el mismo idioma y por consiguiente, todo el coro responde in solidum es decir, como si fuera una sola persona con muchas gargantas. Esto es clave para garantizar una correcta ejecución y acercarnos a una igualmente correcta interpretación. Yo mismo, he pecado de impreciso y puedo asegurar de primera mano que se paga caro.

La elegancia es necesaria, no sólo por respeto al público y al mismo coro, sino en concordancia con el arte y la belleza que pretendemos compartir con nuestro concierto. Por ello, los gestos serán sobrios, adecuados y oportunos, con gracia y belleza en sí mismos. De hecho resulta muy desagradable la impresión que uno se lleva cuando se ve a un Director o Directora gesticular de tal forma que el Quijote hubiera arremetido contra ellos confundiéndolos con los molinos de viento de La Mancha.

Sin embargo, esta etapa de la correcta dirección coral resulta más sencilla de aprender y manejar (para un Director o Directora), pues cuenta con reglas, técnicas y herramientas estudiadas y más que probadas por los mejores Directores de Coros del mundo; las cuales pueden aprenderse con facilidad. Distinto es el caso del montaje de obras donde la cosa se complica sensiblemente, pues tales reglas y técnicas se multiplican considerablemente.

Ya se dijo antes pero es bueno recordarlo, que un Director o Directora de Coros es en última instancia un líder que conduce al grupo coral a través de las vicisitudes que una obra y un concierto presentan. Como líder tiene el deber de conducir honorablemente, de dirigir adecuadamente y con la altura técnica y moral apropiada; por eso, debe preparar al grupo para los desafíos que enfrentarán y en su momento lograr esa magia que se mencionó al principio de este artículo: Lograr una obra de arte que es consecuencia de que el conjunto resulta mayor y mejor que la suma de sus partes, siendo el elemento que lo permite, el elemento de unión y consolidación del conjunto, precisamente, un buen Director o Directora, que no por nada, en la tradición, se le llama "MAESTRO" o "MAESTRA".

3. Antes de pasar al desarrollo de cada una de estas fases

En este breve y sencillo tutorial se tratarán separadamente con fines exclusivamente didácticos, pues deben siempre mantenerse integradas como etapas, actividades y tareas de un solo y mismo proceso. En este sentido, cuando sea necesario se llamará la atención sobre esta integralidad e integración.

Simultáneamente, como contribuyente a este espacio, mi calidad de director de coro implica el dominio de las últimas dos ya mencionadas: el montaje y la dirección; pues la correcta preparación vocal es competencia de especialistas. Sin embargo, en un coro amateur difícilmente se pueda contar con un preparador vocal especializado, pues para empezar, ni nosotros los Directores mismos, lo somos. No obstante, me he visto en el deber de aprender sobre esta etapa crucial de la preparación y cuidado vocal, precisamente por carecer de preparador especializado y por ello, el entero proceso coral queda bajo mi responsabilidad. Como este fenómeno es el usual en los coros amateur ("multitasking" lo llaman algunos), si no conseguimos que alguien con la especialidad nos contribuya en esta sección, me veré en el deber de compartir mi experiencia en esto de la preparación vocal, por lo menos, en cuanto al cuidado de no dañar las voces y si es posible, en cuanto a su mejoramiento.

Por ello, voy a comenzar con las fases de montaje y dirección coral, por su orden; y si fuera necesario, como se dijo, agregaré la de preparación vocal con todas las advertencias necesarias.

Así las cosas, en la próxima entrada pasaremos a la fase de "montaje" de una obra musical.


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jueves, 19 de febrero de 2009

Organización de Coros Vocacionales (3a. parte y final)

1. Organización artística en general

En este artículo se tratará de cómo organizar el Coro como conjunto de cantantes y cómo organizar la primera presentación o concierto (lo cual servirá de base para organizar los sucesivos). Por otra parte, cómo organizar los ensayos, las técnicas referidas a la preparación de obras, técnicas vocales y gestualidad de la dirección coral, se tratarán en el Tutorial de Dirección Coral que se pondrá en este blog próximamente.

2. Organización del conjunto coral

Se había mencionado en la Segunda Parte que uno de los primeros pasos para la conformación del coro era el de reclutamiento. Este proceso requiere de haber determinado el tipo de coro a integrar, ya sea este de niños, femenino, masculino o mixto.

Como "coro" (en su mínima expresión) se puede lograr que el conjunto cante al unísono o al menos, en octavas paralelas; eso no atenta contra la naturaleza de "coro". Sin embargo, no es eso lo que se espera cuando alguien planea ir a escuchar un "coro", por cuanto, quiérase o no, se espera algo más que normalmente se denomina armonía. Y esta armonía no se refiere a la consonancia de personalidades y buenas relaciones, sino al efecto sonoro producido por la combinación de sonidos simultáneos, es decir, a "acordes". Por ello, la meta inicial de todo coro vocacional debe ser constituirse para cantar armonías y esto implica cantar a por lo menos 3 voces (que es la forma mínima de un acorde completo en la música estándar).

Estas tres voces, para clasificarlas muy sencillamente, se distribuyen en una voz alta, una media y una baja considerando las relaciones entre sí, según la frecuencia (si se quiere, medida en "hertzs").

Registro de coros de niños y femeninos amateurs registro de voces agudas

En los coros conformados por voces agudas (niños y femeninos) se ubican en un registro que se extiende desde el Sol 2 y el sol 4 (G2 y G4 según la notación inglesa) aunque para empezar, es usual que se elijan obras que no alcancen las notas más altas, conformándonos generalmente con un humilde Mi 4 (E4).

Registro de coros masculinos amateurs registro de voces graves

En los coros de voces graves (masculinos) el registro se extiende entre el Sol 1 y el sol 3 (G1 y G3) dado que no estamos considerando los registros sobreagudos de contratenores y sopranistas. De la misma manera, un coro que se inicia y no cuenta con voces medianamente entrenadas, no obligará a que se alcancen las notas superiores, conformándonos en este caso con un Mi 3 (E3), ni las profundidades tenebrosas de notas inferiores al Sol 1.

Estos límites de registros son aproximados y al sólo título de tratar con coros vocacionales que no necesariamente alcanzarán notas excepcionales más arriba o más abajo (con notas que son alcanzadas por cantantes profesionales o amateur particularmente dotados tal como se acaba de indicar).

Registro de coros mixtos amateurs registro de voces agudas

Por otra parte, cuando hablamos de un coro mixto, nos referimos al conjunto que abarca el completo registro de la voz humana (amateur), se decir, desde la nota más baja dada por un hombre a la más aguda dada por una mujer o un niño.

Demás puede estar el decir que es el coro mixto el que permite mejor sonoridad (más amplia y plena) y para el cual se han escrito a lo largo de la historia mayor cantidad de obras, lo que significa la posibilidad de un repertorio más amplio.

No obstante, grandes compositores han escrito para coros en sus versiones parciales, destacándose importantes motetes de Palestrina (p.ej. el "Hodie Christus natus est" para coro masculino) o la versión del "Ave María" de Mozart, para coro femenino o de niños. De todas formas, siempre existirá el recurso de elaborar arreglos corales adecuados de música folclórica, lo que enriquecerá el abanico de opciones.

Ahora bien; ¿cómo determinar la selección en el reclutamiento? Hay dos datos elementales que considerar: El primero es prestar atención a los límites. Cuando se hace una prueba a un futuro cantante, es necesario llevarlo paulatinamente hasta donde alcance, tanto hacia arriba como hacia abajo, cuidando de no provocar maltrato al aparato fonador. Cuando alguien alcance, por ejemplo, notas agudas es necesario determinar si sólo "llega" a ellas o por el contrario son notas sustanciales. La forma de determinar esta diferencia radica en que las "notas sustanciales" suenan con mucho mejor proyección, es decir, "corren" hasta el final de la sala o se pueden oir bien desde más lejos. Esto es común en cantantes masculinos, quienes por razones culturales y sociales tienden a utilizar notas más graves que bien le funcionan en el habla cotidiana, y en una prueba pueden ser capaces de dar un Sol 1... pero cuando uno se aleja 4 metros, el famoso sol se escucha apenas y lastimosamente.

De esta forma, se tiene un primer acercamiento a una posible configuración de voces, la cual deberá ser revisada con regularidad durante los primeros tiempos a fin de introducir los ajustes necesarios, es decir, cambiar a alguien de cuerda.

Coros de niños y femeninos.- Veamos ahora lo básico de este tipo de coros. Tomando en cuenta el registro que se indicó arriba, cabe organizar el coro de tres maneras distintas, como mínimo; unas mejores que otras, como suele suceder. La primera, es conformarlo a dos voces o cuerdas (aguda-Sopranos y grave-Contraltos); la segunda es conformarlo a 3 voces (aguda-Sopranos, media-Mezzosopranos y grave-Contraltos) y la tercera es hacerlo a 4 con duplicación de sopranos (lo más usual) o en su caso de alguna de las otras voces. De todas formas, lo importante será que cada cantante se ubique en su categoría a fin de facilitar el aprendizaje y ensayo de las obras, al concentrarse en la línea (pentagrama) que le corresponde. Así, y al sólo título de ejemplo, tendremos Sopranos I, Sopranos II, Mezzos y Altos; esquema básico que también sirve para el coro de niños con las particularidades que se anotarán en los artículos especializados sobre este tema.

Coros masculinos.- El proceso es igual para el coro masculino, sólo que en este caso nos encontraremos con cuerdas que se denominan Tenores, Barítonos y Bajos, de lo agudo a lo grave. En caso de configurarlo a 4 voces, podrá duplicarse usualmente la cuerda de Barítonos o la de Tenores, siendo más raro la duplicación de Bajos (salvo en obras polifónicas renacentistas y algunas modernas).

Coros mixtos.- Como se dijo, este tipo de coros es el que mayor abanico de opciones tiene habida cuenta de la amplitud de su registro. La configuración mínima usual es a 4 voces: Sopranos, Altos, Tenores y Bajos, con el agregado de que cada una de esas cuerdas se puede duplicar (Sopranos I y II, Altos I y II, y así sucesivamente) para llegar a tener 8 voces. En los coros vocacionales y amateurs que comienzan, no es necesario llegar a superar el esquema básico a 4, pero a medida que se crece y progresa, conviene aventurarse en obras a 5 o más voces y eso obliga a la duplicación de alguna cuerda. (La polifonía vocal renacentista ofrece obras hermosísimas y de gran riqueza sonora para grupos de 5 voces o más). Por lo pronto, entonces, nos conformaremos con la configuración tradicional a 4 voces, la cual permite una armonía plena pues en la mayoría de los casos los acordes están completos.


Los cuatro registros tradicionales del coro mixto
SopranosAltosTenoresBajos

Esta configuración de varias voces, cualquiera sea ella, ofrecerá desafíos a los Directores y Directoras que se inician (y más aún a los cantantes sin experiencia) que consisten en las situaciones que se plantean al intentar lograr la independencia sonora, es decir, cantar lo que corresponde sin que lo que cantan los otros les estorbe. Esto lleva a dos fenómenos que se analizarán en el Tutorial: La homofonía y el contrapunto.

Pues bien; hemos pasado el proceso de reclutamiento, hemos seleccionado nuestros cantantes y ubicado en sus respectivas cuerdas; es decir, hemos alistado la maquinaria. Ahora es tiempo de elegir la materia prima: El repertorio.

3. El repertorio

Para comenzar, se elegirá una sola obra, la cual tendrá más la finalidad de taller de aprendizaje que de producto de concierto. Sin embargo, como bastante trabajo dará lograr hacer bien la bendita obra, más vale elegir una que de paso, sea digna de ser interpretada en público. Esto significa que debe ser sencilla, didáctica y lo suficientemente digna.

Con la experiencia que se tenga en el montaje de esta obra inicial, se podrá medir cuánto es arriesgable para intentar obras de mayor complejidad y su respectivo grado. Cuando tenemos una serie de obras "montadas" (es decir, preparadas, aprendidas y ejecutables) entonces tenemos un repertorio.

Los repertorios deben cumplir una serie de reglas básicas que han sido usuales para conservar el buen gusto. La principal es la siguiente:

Elija obras que contribuyan a elevar el nivel cultural de su audiencia.

Teniendo una buena lista de obras dignas y ejecutables para el coro, la segunda regla básica es la siguiente:

Alterne obras rápidas con obras lentas (alegres con tristes) comenzando y finalizando con obras rápidas/alegres

En su coro puede Ud. elegir obras de distintos períodos históricos así como estilos o, por el contrario, especializarse en uno de ellos (p. ej. música de renacimiento o gospel) Si opta por incursionar en distintos períodos históricos, viene la tercera regla de oro:

Preséntelas por orden cronológico (de la más antigua a la más moderna) y separe la música seria (académica) de la folclórica y popular

No crea que con presentar y ejecutar las buenas obras está todo listo. Por el contrario, un coro (por más amateur que sea) debe ser un vehículo de arte y cultura,lo cual debe también ocupar su correcto lugar. Preste atención a los "valores agregados" y por lo tanto hay una tarea ineludible de todo buen Director o Directora de Coros: ¡Cultívese Ud. mismo! Con ello estará en posición de dedicar no más de 30 segundos antes de cada obra para que un Maestro de Ceremonias, Presentador o en último caso Ud. mismo (que no es lo más recomendable) pueda dar una breve reseña de la obra, el compositor, el período al que pertenece y algún dato de interés. Esta información será bienvenida por el público y servirá para conocer más y mejor sobre el arte y la cultura. La excepción al principio de que no le corresponde al Director presentar las obras (además del caso en que no hay nadie que se encargue de eso) es cuando se presentan conciertos de naturaleza popular, como por ejemplo, los navideños. En este caso, aproveche para hacer un buen contacto con el público (intente "echárselo en el bolsillo"), rompa el hielo y establezca una relación de mayor distensión.

Entienda que su nueva tarea de dirigir un coro le impone el deber de cultivarse conociendo de historia de la música, detalles de las obras, características de los estilos y formas musicales, etc. Esto será también de la mayor importancia al momento de preparar las obras a ejecutar pues le corresponde a Ud. instruir e iluminar al coro. Esto tiene un valor agregado más: Cuánto más culto y cuanto más conozca de las obras que tiene entre manos, mayor respeto le tendrán los integrantes del coro así como el público que comenzará a seguir a las presentaciones, no importa dónde se hagan; es decir, comienza la legión de "fans".

Por último, pero no menos, la regla final:

No canse a su público (¡ni a sus cantantes!). Elija variedad, elementos sorpresa, y que su repertorio no exceda de 40 a 45 minuntos de música efectiva (lo que le permitirá un concierto de no más de una hora de duración.

Recuerde que siempre es preferible que el público pida a gritos "otra" que el hecho de que a mitad del concierto la sala empiece a vaciarse.

Ya se había hablado sobre "observar el entorno"; pues bien, fíjese la clase de público al cual ofrece Ud. la presentación y tome en cuenta sus expectativas. Esto no significa rebajarse y "charralear" el concierto ni el coro.

Ud. tiene el mando y ese mando lo ejerce para que su comunidad crezca culturalmente y en última instancia, sean mejores personas.

Recuerde que la música fue considerada como algo mágico, que Orfeo encantaba las bestias salvajes con su lira y no un látigo, que las musas eran delicadas doncellas (no eran sátiros ni centauros), que todo estaba dirigido por Apolo (y no Marte o Vulcano) y que, al fin y al cabo, todo se reduce a un sola virtud: La Belleza.

Fin de esta serie de tres artículos.


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miércoles, 18 de febrero de 2009

Organización de Coros Vocacionales (2da. Parte)

1. Planificación

Luego de asegurarnos que contamos con las condiciones humanas mínimas para un trabajo decente, según se vio en la Primera Parte, es hora de establecer las condiciones materiales correspondientes, y para ello, hemos de planificar. Esta primera planificación se refiere al corto y mediano plazos, es decir, algo así como el primer y segundo año de existencia.

Lo primero que se necesita para una correcta planificación es conocer el entorno en el que el coro se creará y funcionará. Observe el entorno de su comunidad, congregación religiosa o empresa para determinar los factores que le ayudarán así como aquellos que puedan obstaculizar el proyecto. Así, el primer paso será determinar el "inventario humano", es decir, con cuántos cantantes se puede contar para iniciar el proyecto y si es posible, las habilidades musicales de tales cantantes. Con ello, podemos determinar el tipo de coro que comenzará, es decir, el núcleo inicial, pues la tendencia usual es que, cuando la comunidad comienza a ver los logros, se aumente la oferta de cantantes.

Como se verá a propósito de la organización artística, más adelante, la otra cuestión inicial será la elección del repertorio, el cual deberá ser adecuado a ese inventario inicial. Piénsese en el coro como una empresa cultural que ofrece determinados bienes y servicios a su público, aunque tengamos claro que no tiene fin de lucro ni carácter comercial. En este sentido, el coro debe contar con una determinada materia prima (las obras que componen el repertorio), una determinada capacidad industrial (los cantantes que procesan esa materia prima para transformarla en algo que ofrecer) y productos finales que son suministrados al público (las obras ejecutadas). Este esquema será muy importante al momento en que tratemos el tema de la calidad.

Con estas sencillas bases, es hora de prestar atención al establecimiento industrial: El local del coro. Para los coros vocacionales no debería ser tan complejo el conseguir un local de ensayos; pero eso no siempre es así. Los coros religiosos y empresariales, así como los relativos a escuelas y colegios, usualmente tienen mayor facilidad pues podrán contar con el apoyo, en cuanto a local, de su iglesia, centro educativo o empresa. Pero con los independientes, la cosa puede complicarse un poco. No obstante, cuando observe el entorno, hágase una lista de opciones para locales de ensayo (salones comunales, dependencias de templos religiosos, ONG's, etc.) que puedan estar dispuestos a colaborar; y en última instancia, una casa de familia, opción esta que no reunirá las mejores condiciones acústicas, pero si de arrancar se trata, echemos mano de ella.

Cuando tengamos el local inicial, llega el momento de inventariar cantantes, es decir, el reclutamiento. Este es un proceso de carácter artístico y técnico que se tratará más detalladamente en su parte correspondiente, pero como en este artículo nos interesan las cuestiones administrativas, es necesario observar que en este proceso habrá que prestar atención a la primera aparición del tema de la calidad. Cuanto mejores cantantes se consigan, mejores serán las perspectivas para lograr un buen coro.

El número de cantantes a seleccionar depende de una ecuación lógica: Si se quiere un coro de cámara no es conveniente sobrepasar los veintitantos integrantes, pues un coro de cámara, como su nombre lo indica, se supone que cantará en espacios cerrados y relativamente pequeños (cámara=sala o habitación); por el contrario, el número de integrantes podrá estar determinado por la oferta y así, aunque pretendamos tener 40 integrantes, sólo se ha podido recultar 18. En este sentido, observe cuál de los factores (oferta o demanda) será el preponderante cuando decida la integración. Así, a propósito de la planificación, si establece el tipo de coro, así planificará el reclutamiento.

Tenemos ya los dos elementos iniciales para planificar actividades: El coro (maquinaria industrial) y el repertorio (materia prima); con ello estamos en posición de determinar la primera entrega de productos: Nuestro primer concierto. Tomando en cuenta el nivel y condiciones de los integrantes y el nivel de complejidad del repertorio, podremos calcular con cierta aproximación, las fechas posibles de esta primera presentación. Si el nivel puede calificarse de "normal" (ya veremos a qué se refiere este término) y el repertorio es relativamente sencillo, el primer concierto pudiera estarse realizando después de cumplido el séptimo mes de preparación (tomando en cuenta un régimen de ensayos de 5 horas semanales, distribuidas en dos días).

Elija el lugar donde se presentarán y así comienza otra etapa de la planificación. En este caso, se debe planificar sobre las cuestiones materiales necesarias para una presentación digna. Para comenzar, elija un sitio donde el traslado del coro no requiera de movilización especial, es decir, nos presentamos en la misma comunidad. Luego habrá que dotar al coro de sus respectivas partituras y probablemente, de alguna ayuda tecnológica (p. ej.: CD's con la música de las obras, es decir, con la parte correspondiente). En la Capella Pax Mundi acostumbramos, como muchos otros coros del mundo, a entregar CD's con las partes grabadas a fin de que nuestros integrantes tengan mejor opción de prepararse en sus casas y familiarizarse con las obras (ya trataremos sobre el tema de los archivos .mid y . wav etc. que pueden utilizarse para estas ayudas tecnológicas). No menos importante es la cuestión del uniforme. Un uniforme es eso: Una vestimenta igual (o por lo menos, muy parecida) para todos los integrantes. No se complique con esto si no cuentan con recursos para ello. Puede plantear una vestimenta sobria (súper tradicional: Camisa blanca y pantalón negro) o puede solicitar un diseño exclusivo de una casa de modas con sede en Milán. Todo depende de con cuánto contamos para este rubro. Pero lo cierto es que hay que tomar una decisión y así poder planificar lo necesario para obtenerlo.

Por fijados los requisitos materiales, haga un cálculo de inversión y planifique de dónde saldrán esos recursos que permitan sufragarlos (desde la aportación de los mismos integrantes hasta la colaboración de empresas y personas amigas). Recuerde que como apenas se está empezando, el mercadeo del coro será bastante limitado; y cuando llegue el momento, comentaremos el asunto de los patrocinios.

Esta planificación nos lleva de cara a un asunto que para muchos puede resultar complejo, pero en realidad no es así: El de los presupuestos.

2. Los presupuestos del coro

Cuando pensamos en presupuestos, pensamos en un tema de dinero; pero en realidad, debemos enfocarlo como una herramienta de gestión. Con los presupuestos ordenamos los recursos financieros que permiten que nuestra maquinaria coral funcione. He aquí unas líneas básicas:

Presupuesto de ingresos. Lo primero que hay que determinar es la versión de ingresos. Aquí no sólo nos fijamos en la fuente (de dónde salen los recursos con que esperamos razonablemente contar) sino su cuantía, desglosada según su origen:

Ejemplo de presupuesto de ingresos
OrigenMontoObservaciones
Aportaciones de miembros21.000,001.000 colones por 20 miembros más el/la Director/a
Aportaciones de terceros10.000,001.000 colones por 10 personas de buen corazón
Total:31.000,00- - -

Con esto sabemos con cuánto contamos para nuestro proyecto (en este caso, nuestro primer concierto). Procede ahora elaborar el presupuesto de egresos y esto amerita una explicación un poco más detallada.

La transparencia en la gestión financiera requiere de aplicación de reglas aceptadas y legalmente válidas, aunque se trate de un grupo amateur sin personería jurídica. En este sentido, el presupuesto de egresos (y el de ingresos también, obviamente) conviene ser realizado conforme a alguno de los sistemas establecidos. A continuación se elegirá uno de gran claridad y utilidad, que servirá de base también a lo que posteriormente será el "Plan General de Cuentas" del coro, y es el que se sigue en la Unión Europea, el cual también es legal en Costa Rica.

Presupuesto de egresos.- En esa línea, el Presupuesto de Egresos tiene una serie de conceptos en las columnas que indican el programa al que se asignan los gastos y en las filas, los conceptos (relacionados con las cuentas contables) a que se asignan, también dichos gastos. Con el ejemplo, quedará más claro:



Ejemplo de presupuesto de egresos
ConceptoProgr.1Progr.2TotalesObservaciones
Compra de CD's4.000,00- - -4.000,0020 CD's a 200 colones C/U
Reproducción de partituras4.800,00- - -4.800,00480 fotocopias a 10,00 colones C/U
Fondo de reserva
22.200,00- - -22.200,00Monto que se reserva para el próximo presupuesto.
Totales:31.000,00- - -31.000,00- - -

Veamos un poco más cerca la tabla anterior: En la primera columna están los conceptos económicos (que para simplificar se pusieron crudos y no según un plan contable); en la segunda, un programa de trabajo (en este caso, el programa se refiere al primer concierto); en la tercera un segundo programa, que está en blanco por cuanto no hay ninguno en este momento, pero se incorpora para ejemplificar, puesto que el presupuesto de gastos, cuando el coro estén en pleno funcionamiento, podrá tenera varias columnas destinadas a los distintos programas; la siguiente recoge los totales del rubro y la última para anotar observaciones de interés. Las filas, como se dijo, contienen los rubros económicos y sus respectivas asignaciones presupuestales.

Formalmente, el presupuesto debe finalizar con un total de gastos mas reservas igual al total de ingresos presupuestados en la versión ya mencionada.

Cuando llegue el momento de madurez del coro como agrupación, será también el momento de haber evolucionado los presupuestos para adecuarlos a esa nueva realidad, y junto con ellos el Plan General Contable, etc. Estas son cuestiones muy pero muy importantes, no sólo para la correcta gestión del coro, sino para la confianza que debe presidir su quehacer y que se comentó en la Primera Parte. Y demás está decir, que resultará obligatorio según el régimen jurídico nacional.

La otra gran virtud que tiene una correcta elaboración de presupuestos se refiere al tema de la transparencia (tan unido al de la confianza). Con ellos no sólo seremos transparentes al planificar, sino y sobre todo, al momento de la rendición de cuentas. ¿Que hay que rendir cuentas al coro? Naturalmente. Recuerde que aunque como Director o Directora maneje Ud. las finanzas, tales dineros no son suyos personalmente, sino del grupo, y por lo tanto... ¡a rendir cuentas cada vez que corresponda! Si todo se lleva en forma transparente, correcta y honesta, no hay nada que temer y mucho por ganar.

3. Régimen de trabajo

La conducción del coro le corresponde al/la Director/a, no sólo en cuanto al acto mismo de dirigir una determinada obra musical, sino al entero quehacer de la agrupación como tal. Así, como se dijo en la Primera Parte, el Director o Directora resulta ser líder natural del coro y esto incluye, para empezar, su gestión o gerencia. Cuando el coro se transforme en profesional, crezca tanto como para formar una gran empresa cultural, será el momento de organizarse como tal, con todo un organigrama administrativo propio de ese tamaño y complejidad. Pero como estamos tratando de coros vocacionales y amateurs que recién se inician, no es necesario el contar con una Gerencia Administrativa y por lo tanto, será el Director o Directora quien asuma también esas funciones, aún y cuando pueda contar con la colaboración de algún integrante versado en la materia. Si se tiene tal integrante, será necesario prestar mucha atención a posibles conflictos de autoridad pues la tensión administración-arte no es nada despreciable (sobre todo si quien dirige es una síncopa entre Napoleón y Euterpe, o sea... la tiranía musical).

Con los principios básicos establecidos en la Primera Parte, es decir, lo referido a la naturaleza vocacional ("... porque quieren y no están obligados") y al clima y medio ambiente de trabajo, es altamente conveniente establecer un régimen adecuado. Esto significa que el coro y sus integrantes (Director o Directora incluidos) se somenten voluntariamente a un cierto sistema de reglas que están destinadas al orden y buen funcionamiento; por lo tanto no son arbitrarias y mucho menos, superabundantes. Hay dos extremos que hay que evitar: Un coro anárquico y un coro esclavizado (... ¿la galera romana?); por lo tanto, como decía Aristóteles, es necesario buscar, encontrar y aplicar el "justo medio".

Un coro anárquico significa que nunca estaremos en posición de saber con qué o con quiénes contamos para trabajar y llegado el caso, hacer una buena presentación. La anarquía se manifiesta en ausencias, desperdicio de recursos materiales y financieros, etc. Por otra parte, el coro esclavizado (y nada tiene esto que ver con el "Va pensiero..." de Nabucco), morirá muy pronto, y mientras sub-vive, sus conciertos y presentaciones comunicarán (con el lenguaje no verbal de la música) un mensaje desesperanzador que inducirá al público a una crisis de depresión melancólica involutiva que puede originar una seria demanda judicial por daños y perjuicios, además de afectar negativamente los presupuestos del Seguro Social cuando tenga que atender al público deprimido en masa.

Ese justo medio deberá plasmarse en una serie de reglas mínimas que deberán ser acordadas por el grupo (el consenso y la negociación son fundamentales en un coro vocacional) y luego explicitadas por escrito, de forma tal que todos los integrantes las conozcan y pueda facilitarse también el ingreso y rápida incorporación de integrantes nuevos. Esto no significa hacer un Reglamento con el mismo tamaño del Código Civil o la Constitución Política; más bien se parecerían, en su simpleza fundamental, a los 10 Mandamientos. Reglas claras, sencillas y pocas. No implica un régimen disciplinario (enumerando las 101 causales de expulsión del coro) sino un sistema que facilite el trabajo y EVITE (en forma profiláctica) la necesidad de expulsar a alguien. Este conjunto de reglas debe tender a cumplir la consigna de hacer un clima y medio ambiente de trabajo agradable, sano y productivo; y nótese que tan pernicioso es un régimen tiránico como ningún régimen en absoluto; otra vez: El justo medio.

En tal sentido conviene establecer reglas para, por lo menos, lo siguiente:

  • Asistencia a ensayos y presentaciones (forma positiva de regular las ausencias) así como para el cumplimiento de los horarios (llegadas tardías o salidas prematuras);
  • Uso y conservación de las cosas (uniformes, partituras, etc.);
  • Manejo de la información relativa al coro y sus integrantes; y
  • Principios de camaradería, solidaridad y mutuo apoyo (como conductas concretas a considerar)

A ese esquema de reglas se somenten todos los integrantes y el Director o Directora de primeros, pues por un lado nadie estará por encima de la ley y por otro el liderazgo se ejerce, entre otras cosas, con el ejemplo.

Muchas cosas faltan, todavía, para completar la organización administrativa, pero no se trata ahora de apabullar con muchas indicaciones. Estos artículos pretenden un esquema básico que se irá completando con el tiempo y la contribución de otros Directores y Directoras que se sumen al Programa de Apoyo. Y además de completarlo, habrá oportunidad de profundizar algunos puntos que lo ameriten.

Por lo tanto, es hora de echar un vistazo a la organización artística, lo que nos llevará a la Tercera Parte.


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martes, 17 de febrero de 2009

Organización de coros vocacionales (Primera Parte)

1. A modo de introducción

Organizar un coro vocacional no es tarea fácil, pero tampoco tan difícil. Lo primero que necesitamos es aclarar un poco la terminología a fin de entendernos con cierta precisión.

Un "coro", aunque parezca de Perogrullo, es una agrupación de personas que cantan juntas. Lo de "vocacional" hace referencia a la "vocación", es decir, personas que cantan juntas por vocación y no por profesión. Lo que caracteriza a un coro vocacional es el hecho de que sus integrantes (cantantes) tienen una actividad principal que no es la de cantar en el coro; por el contrario, está constituido por amas de casa, trabajadores de distintas áreas laborales, estudiantes, personas jubiladas o pensionadas, etc. De hecho, este no profesionalismo, significa que quienes cantan en un coro de este tipo, no viven de su canto (en sentido económico). Y este es el primer dato de la mayor importancia a fin de estar en posición de organizar (y en su caso, crear) un coro vocacional.

Desde el momento en que sus integrantes no se encuentran obligados por una relación laboral con el coro, se plantea una serie de circunstancias que inciden directamente en su funcionamiento, sobre todo en cuanto a la dedicación, responsabilidad y disciplina. Por ello, un Director o Directora de un coro vocacional debe entender estas circunstancias a fin de que la agrupación funcione adecuadamente.

El hecho principal radica en que los integrantes de este tipo de coros, llegarán a ensayos, aprenderán sus partes, se esforzarán por mejorar y superarse, por una sóla razón última: Porque así lo quieren. Como no se les paga por su trabajo, trabajarán porque esta actividad debe retribuirles en forma equitativa a su esfuerzo; retribución que, como se dijo, no es monetaria. Por lo tanto, ¿qué clase de retribución? Respuesta: El disfrute; el gozo o placer que encontrarán en participar en todas las actividades que el coro comporta.

Por ello, la condición necesaria (mas no suficiente) para comenzar a fundamentar la esperanza de que un coro vocacional funcione, será crear y mantener, un clima de satisfacción y bienestar en todas y cada una de las actividades implicadas. Con esto en mente, se pasará a los detalles básicos de organización.

2. Los tres objetivos fundamentales

Hay tres objetivos que son propios de toda empresa, ya sea esta una transnacional mercantil, o una fundación de beneficencia (y por lo tanto, de un coro vocacional, también):

  • SUPERVIVENCIA
  • RENTABILIDAD
  • CRECIMIENTO

SUPERVIVENCIA.- El coro nacerá para continuar y no para morir al día siguiente. La supervivencia del coro es el objetivo primario que debe perseguirse. Esto no sólo lleva a prestar atención a todo aquello que es necesario hacer para que continúe, sino y sobre todo, a aquello que puede atentar contra su continuación. Muchos son las factores que estarán rondando y poniendo en peligro la supervivencia: El mal ambiente, las presiones económicas y las frustraciones, sólo para mencionar algunos.

RENTABILIDAD.- A pesar de que estamos tratando sobre coros vocacionales y que por lo tanto no tienen fin de lucro, el tema de la rentabilidad es sumamente importante pues es uno de los que inciden sobre la supervivencia. En efecto, aunque se tratara de una obra de beneficencia, si no se tienen recursos, poca beneficencia en favor de los necesitados podrá realizarse eficientemente. Esto significa que el coro debe prestar mucha atención a esto de la rentabilidad. Para ser más claros, es necesario distinguir entre dos formas de rentabilidad: La económica y la humana.

La principal rentabilidad a la que hay que prestar atención es a la humana. Como si dijo arriba, el coro funciona porque sus integrantes quieren. Como no ganan dinero con la actividad, el coro debe procurar obtener satisfacciones (en calidad y número) suficientes para justificar el esfuerzo que sus integrantes hacen al prepararse y participar en una presentación o concierto. Esto obliga a que quien dirige, haga hincapié en valores superiores y logre que sus cantantes, además de la satisfacción de cantar, tomen conciencia de estar elevando la cultura de su audiencia y colaborando con su comunidad. Debe trascenderse el sólo hecho del entretenimiento, para pasar a ser un vehículo de arte y cultura. Debe pensarse que las personas que asistieron a nuestro concierto, no sólo lo disfrutaron y pasaron un buen rato, sino que salieron con algo nuevo y mejor, comparado con su condición antes de sentarse a escuchar.

La rentabilidad económica no es menos importante. En general, los coros vocacionales comienzan siendo sostenidos, económicamente, por los mismos integrantes, quienes pagan las fotocopias de sus partituras, se confeccionan o compran el uniforme, etc. Al no contarse con apoyo institucional, se distribuye, por ejemplo, el costo del traslado al lugar del concierto entre todos. La rentabilidad humana, como puede verse, debe ser suficiente como para justificar ese esfuerzo que hacen los cantantes vocacionales. Sin embargo, desde el inicio, debe pensarse en sencillas actividades que permitan financiar los gastos básicos y usuales del coro y así liberar a los integrantes de ese rubro. Como este es un punto que amerita desarrollo, se volverá luego cuando se trate de las cuestiones de organización financiera.

CRECIMIENTO.- Los coros vocacionales no son helicópteros que pueden permanecer en el aire inmóviles; por el contrario, son como aviones: SI NO AVANZAN, SE CAEN. Cuando se trata de crecimiento, pareciera referirse a una cuestión cuantitativa y no es necesariamente así. De hecho, un coro vocacional en constante crecimiento numérico, pasará a ser un coro sinfónico y luego a un monstruo inmanejable y artísticamente irrelevante. Cuantitativamente, habrá que ir creciendo hasta alcanzar el número adecuado de integrantes y luego detenerse a fin de consolidar. ¿Que cuál es el número adecuado? Eso se verá en la organización artística más adelante.

El crecimiento importante es el que se refiere a dos dimensiones fundamentales: El crecimiento personal, cultural y artístico de sus integrantes (individualmente) y el de grupo.

Cada integrante, debe tener la expectativa (y su correspondiente satisfacción) de crecer como persona, ampliando sus horizontes, sus conocimientos musicales, su percepción estética, su comprensión de la Historia y de las distintas culturas, incluso de distintos idiomas. Por ello, aunque se empiece con obras muy fáciles, deberá evolucionarse (crecer) para que, además de que sean capaces de cantar un merengue al unísono, puedan enfrentar arreglos corales complicados (con comprensión de la cultura caribeña, etc.) y llegado el caso, un hermoso madrigal a 6 voces de Luca Marenzio.


El crecimiento del grupo requiere del crecimiento personal, pero no se agota allí. Un coro, en realidad es algo mayor que la suma de sus partes. La diferencia está en que, cuando el coro se presenta, lo importante no es la suma de 20 voces, sino UNA y solo UNA, obra que es resultado de la ejecución e interpretación de conjunto. Por ello, el grupo y como grupo, deberá ir creciendo acompasadamente a sus posibilidades, para enfrentar cada vez desafíos nuevos, obras más complicadas y de más difícil ejecución. No obstante que se volverá sobre este punto a propósito de la organización artística, en este momento se hace énfasis en que esto del crecimiento, resulta fundamental para la supervivencia del coro, desde el punto de vista administrativo, o si se quiere, de "gestión".

3. El clima y medio ambiente de trabajo

Siempre será poco el énfasis que pueda hacerse sobre este punto. Un ambiente sano, agradable y productivo es la clave para la conservación (supervivencia) del coro, pues como algunas veces parece olvidarse, es un grupo humano unido por un gusto común y no una galera romana.

Cuatro son los elementos que parecen necesarios de destacar: La camaradería, la confianza, el respeto y la responsabilidad.

La camaradería.- El coro llega a ser, en última instancia, un grupo de amigos y amigas que comparten ese gusto común por cantar, así como una importante parte de su tiempo. En este sentido, nos sólo debe estimularse y reforzarse los principios de buena fe, solidaridad y apoyo mutuo, sino prestar atención a los factores que atentan contra las buenas relaciones humanas (chismes, discriminación o abusos, por mencionar algunos).

La confianza.- La ética y la transparencia deben presidir el quehacer del coro, y sobre todo de su Director o Directora. Esto no sólo se refiere a los factores que inciden en las relaciones humanas, sino y también al manejo de las finanzas de la agrupación, su inventario, etc. El grupo y cada integrante individualmente, debe lograr confiar en sus compañeros pero fundamentalmente en su Director o Directora, quien a estos efectos, resulta ser el o la líder natural. Este factor de liderazgo no debe descuidarse, pues quien dirige no carece de autoridad y por lo tanto, debe ejercerla en forma seria, imparcial y constructiva. Con la autoridad que ostenta quien dirige, no sólo viene la responsabilidad sino y también la obligación de mantener el orden y la disciplina; todo ejercido como corresponde. De hecho, uno de los problemas organizacionales más comunes en los coros vocacionales se relaciona con las ausencias y sobre ello se tratará más adelante. En relación con la confianza referida a las cuestiones financieras, luego se verá la importancia de la elaboración de planes y sus respectivos presupuestos, todo a fin de que se tenga claro y transparente, a qué se obliga cada quien y cómo y cuándo funcionan las cosas.

El respeto.- Aunque parezca que debe sobreentenderse, el hecho es que no. En mi experiencia personal, las estadísticas me sostienen la opinión de que los Directores de coros somos una especie caracterizada por la poca o nula paciencia. Cuando una cuerda, luego de muchos ensayos, comete el mismo error que se ha tratado de solucionar en esos mismos ensayos, es usual que monte en santa ira, se provoque un huracán categoría 5, arda Troya (con llanuras, costas y aldeas aledañas incluidas) y se termine humillando a los integrantes, o por lo menos, haciéndolos pasar bien mal. Parte de esto viene de una combinación (que he visto, lamentablemente, más veces de las deseables) que es un cóctel altamente ponzoñoso: Un Director que se percibe a sí mismo como la inefable personificación de Euterpe y al coro como una manada de invertebrados que tienen el IQ de un caracol de jardín.

Tratar respetuosamente al coro es tratar respetuosamente a las PERSONAS que lo componen. Esto implica el ejercicio de muchas virtudes (la paciencia... ¡fundamental!), pero además, de técnicas didácticas, de métodos adecuados y oportunos, de motivación sana y, como se dijo, de un correcto liderazgo. Terminar quemando la cuerda de contraltos sólo logrará que el coro cante a 3 voces y con olor a humo.

El respeto no sólo debe ser liderado por el Director o Directora, sino que debe también ser una virtud de cada integrante. Tratar con respeto al Director y con el mismo respeto a sus compañeros. Una costumbre horrible (que también he visto más veces de las recomendables) es, por ejemplo, que alguien se tape un oido indicando así que el compañero que está a su lado (el lado del oido tapado) le estorba para su excelsa ejecución. Ese tonto gesto es irrespetuoso y el Director debe corregirlo (¡hay que controlar las ganas de echarlo a la misma hoguera de las contraltos!)

Ese mismo respeto lleva también a la consideración y la solidaridad que tan importantes son a los efectos de la camaradería. En lugar de creerse la Undécima Musa, es necesario entender que no todos aprenden a la misma velocidad, que no todos tienen la misma retentiva, ni la misma experiencia, etc. Y a propósito de experiencia, estos problemas se acrecientan cuando ingresa un integrante nuevo, hecho este que provoca usualmente, particulares problemas. La consideración y la solidaridad, deben mover a la ayuda, la explicación, el ensayo particular y la correcta y sana conducción.

La responsabilidad.- El hecho de que en el coro vocacional la gente llega porque quiere no impide, ni debe impedir, el actuar responsablemente. En este sentido, la claridad de las reglas es fundamental para que cada uno sepa a qué atenerse. La responsabilidad influye en el cumplimiento de los horarios de ensayos, en la conservación y buen uso de los materiales que se asignan (partituras, uniformes, etc.) y en el ejercicio de una adecuada disciplina. De hecho, el cumplimiento adecuado de la disciplina acordada es la primera medida de la responsabilidad. En este sentido, la responsabilidad es el deber de responder y sólo se responde cuando se hacen preguntas, y sólo se pregunta cuando hay violación de reglas. Más corto: Sin reglas no hay responsabilidad. Resulta obvio que siempre, en cualquier grupo humano, hay una serie de reglas sobreentendidas que todos estamos obligados a respetar, y son las que provocan más fácilmente los problemas, precisamente, por no estar explícitas. Por lo tanto, es necesario prestar atención a este punto, el cual se desarrollará mas adelante cuando se trate sobre, precisamente, "Las Reglas".


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